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Nombre: Zarpa de Ortiga/Nettlepaw
Género: Femenino
Lunas: 9
Clan: Clan del Río
Rango: Aprendiz

Zarpa de Ortiga es una gata carey atigrada de pelaje medio largo, mayoritariamente negra a excepción de algunas manchas marrones esparcidas por su cuerpo y zonas más claras en su mentón, la punta de una de sus patas y su cola. Aparenta llevar un ''antifaz'', siendo que la zona superior de su rostro es más oscura. Sus ojos son de un color verde-amarillento, posee orejas redondeadas y cuerpo delgado. Mide aprox 20cm.

Los que la conocen poco dirían que siempre se encuentra a la defensiva, que es de carácter elusivo, o incluso que es antisocial. Si bien sus reacciones "agresivas" en primer momento parecieran confirmarlo, Zarpa de Ortiga es una gata joven que sufre los altibajos característicos de su edad, a los cuales se le añaden su autoexigencia marcada. A causa de esta gran presión que se pone sobre los hombros para compensar aquello que ella percibe como fallas aparentes siente la necesidad de evadir sus tareas, lo que resulta en un difícil contraste. Tiende a mentir para escapar de sus responsabilidades, y escabullirse cuando necesita un descanso de ellas. Parece estar constantemente peleando consigo misma sobre dónde se encuentran sus lealtades, entre lo que "quiere" y "debe" de ser. Sin embargo, todo lo mencionado no indica flaqueza de mente: a pesar de sus dificultades emocionales Zarpa de Ortiga posee un fuerte sentido de practicidad, que aunque está en bruto muchas veces logra sacarle de apuros, además de su integridad inquebrantable.

Sufrió abandono por parte de su madre, una solitaria, al cumplir sus 3 lunas de edad. Las razones dadas parecían ser que no podía cuidarla, pero desconoce la veracidad de ello. No le han contado mucho sobre su origen ni le interesa saber más de lo que recuerda. Tiene algunas algunas imágenes en su mente de su madre discutiendo con otro gato adulto, quien ella asume se trataba de su padre, aunque no lo volvió a ver. Su infancia estuvo marcada por el hecho de que siempre se retraía, negándose a jugar con otras crías de su edad ya que siente una gran vergüenza por no haber nacido en el Clan en el que reside. Se esforzó doblemente por ser buena nadando  desde temprana edad, por ese mismo motivo. En realidad no está muy segura sobre cómo se sienten sus compañeros con respecto a ella, pero antes que recibir un posible rechazo prefiere no enterarse, ya que teme que la caracterizen injustamente. Sin embargo, siente un profundo alivio cuando recuerda que el mismísimo líder Estrella de Serpiente fue quien permitió su estadía, sabiendo que los demás no podrían contradecirlo aunque quisieran.  Debido a ello se siente en deuda con él, y aprecia su compasión.