Bienvenido,
Ambientación
Estación de la Hoja Caída ⸺ 19°C a 10°C
Los colores del paisaje comienzan a volverse anaranjados y marrones, y las hojas de los árboles comienzan a desprenderse de las ramas, cayendo sobre los territorios del bosque. Los guerreros se ponen más malhumorados de lo normal cuando sienten las frías brisas recorrer sus espinas, con la premisa de una estación más dura que la anterior. Incluso los Cuatro Árboles, que usualmente imponen respeto, ahora lentamente dejan caer sus hojas ante la mirada del Clan Estelar, quien está seguro que esta estación será dura para sus clanes, pero nada fuera de lo normal.Pasado ya el mediodía, el sol se quedó alto. Por supuesto, la temperatura también, en parte a causa de la humedad que producía el río. Se sentía un calor sofocante.
Luego de un buen rato yendo y viniendo, ayudando al clan a continuar creciendo -tal como lo haría una buena guerrera hecha y derecha-, Rabo de Salmón se sentó bajo la sombra de un sauce, respirando profundamente el aire limpio y puro de la mañana, antes de tomarse un pequeño descansito y acicalarse, aún atenta ante cualquier posible alarma. En ello, recordó a Gruñido de Zorro. Tal vez podría compartir un pedacito del día con su amado compañero antes de continuar con sus tareas de guerrera, ¿Verdad? No haría ningún mal.
Entonces, decidida, interrumpió su acicalamiento para continuarlo en compañía después, y comenzó a buscar a Gruñido de Zorro por el campamento. Sin embargo, no tuvo éxito alguno. Una punzada de angustia invadió su pecho, y se quedó quieta en su lugar, como perdida. Entonces, recordó que su tan querido compañero de vida ya no estaba con ellos. Dejó salir un doloroso y tembloroso suspiro. Otra vez lo olvidó.
Rabo de Salmón se puso de pie y sacudió su pelaje, tratando de dejar atrás lo que acababa de suceder, pues no quería que los demás se diesen cuenta y luego soltaran comentarios raros e hirientes como que estaba cayendo en la demencia. Estoy medio vieja, pero todavía tengo fuerza y lucidez. No tengo de qué preocuparme. pensó.
Entonces, pensó en su hija y su pecho se alivianó. A lo mejor ella podría acompañarla y hablarían un poquito juntas. Oh, qué orgullo le daba su hija... Tan joven y hermosa, con un dulce corazón.
Nuevamente se movió por el campamento, esta vez buscando a Fronda.
Última edición por Rabo de Salmón el Dom Jul 14, 2024 4:06 pm, editado 2 veces
over the world we knew...
Acostada en su lecho, se lamio el hocico varias veces antes de estirarse, una vez se estiro y sacudió ella se lanzó sobre la bola de musgo para empezar un día lleno de juegos, si es que se le podía llamar a eso un intento de juego.
La cachorra en su afán de jugar termino rodando sobre si misma varias veces junto con la bola de musgo hasta que termino cerca de la entrada de la maternidad, la bolita de musgo rodo fuera de esta y ella retrocedió a como pudo lejos de la entrada de la maternidad.
Se quedo sentada con las orejas abajo mientras veía a lo lejos su bola de musgo, lejos de su alcance y lejos de su poder para poder agarrarla con sus patitas.
También a lo lejos había otro gato adulto paseándose en el claro del campamento, ja, las veces que papá había intentado sacarla de la maternidad para mostrarle los alrededores, ella siguió mirando al amplio lugar y a la felina que se paseaba libremente sobre esta y no hizo más que esconderse para poder observarla en la seguridad de la maternidad.
Depositó todos sus materiales frente a la guarida de las reinas, sin embargo, al pasar muy cerca de la maternidad, pateó una bolita de musgo que se le atravesó rodando. Mirando la fuente de donde vino el juguete, la pateó de vuelta a la maternidad, donde unos ojillos parecían brillar en la oscuridad.
— ¿Pequeña Bosque, eres tú? —Sonrió el guerrero, doblando las orejas para parecer más amigable. —Estoy ocupado ahora mismo, pero si sales aquí, podemos jugar un poco.
Miró en la dirección de la guerrera veterana y se le acercó con paso ligero, bajando la cabeza al estar cerca en señal de profundo respeto. Le tenía un cariño especial a la veterana, por su experiencia y lealtad.
— Hola, Rabo de Salmón. ¿Cómo estás hoy? —Maulló amigablemente, mirándola con sus grandes ojos verdes. —Estoy por reparar la guarida de las reinas, pero ¿necesitas algo, o te puedo apoyar en algo?
Echó una mirada rápida a la maternidad, esperando ver la cabecilla pelirroja de la gatita asomándose.
And down on your knees, you just don't look so tall"
De repente, su búsqueda fue interrumpida por el maullido de otro gato. Desconcertada, la gata veterana volteó la cabeza en sentido hacia él. En cuanto divisó al gato en cuestión, se quedó sin aliento y dejó salir un pequeño grito ahogado. Admiró, pasmada, su pelaje rojizo-naranja.
—¿G-Gruñido de Zorro...?
Retrocedió un paso, sacudiendo la cabeza en incredulidad.
—¿Estoy en el Clan Estelar...? N-No, no puede ser...—Se miró las patas delanteras, cuestionando la misma realidad. —¿O es que volviste a la vida? Oh, mi amado Gruñido de Zorro...— Posó su brillante y esperanzada mirada sobre la suya. Luego, nuevamente observó su pelaje.
—P-Pero tú no tenías manchas, ¿O sí...?— Tartamudeó amasando con ansiedad la tierra bajo sus patas, sintiendo el pecho pesado, y apartó su mirada de él, agachando la cabeza. ¿Es que ya no recuerdo ni cómo te veías...? Oh, no puede ser... ¿Cómo podría tener la insolencia de ovidar algo así?, ¿Cómo es que se veía tu rostro...?
Retrocedió nuevamente, sintiendo cómo sus propios latidos retumbaban en cada una de sus orejas.
Última edición por Rabo de Salmón el Jue Jul 11, 2024 10:56 pm, editado 1 vez
over the world we knew...
No quería salir de la maternidad y nada ni nadie la iba a obligar a aquello.
Ni siquiera Nube de Granizo podía convencerla de salir de aquel lugar cubierto de palitos y hojas, mientras reflexionaba en las razones por las cuales ella no saldría de su lugar seguro, la presencia de un segundo gato llamo su atención, Pequeña Bosque levanto las orejas mientras veía a la felina atigrada hablando consigo misma.
Luego de un momento de quedársele viendo pego las orejas al cráneo y soltó un ruidito al que se le podía traducir con un “Mrrrp” no era para llamar la atención de nadie, simplemente fue un ruido al azar que ella había hecho.
Volvía a retroceder mientras seguía observando a ambos gatos, su vista pasaba entre Hoja Leopardina y la otra felina de nombre aún desconocido para ella.
Hoja Leopardina reflejó ese mismo sentir, su largo manto ahora relajado, con las manchas oscuras que la gata había mencionado, tan diferentes al manto liso del guerrero ya fallecido. El gato entonces se acercó a la guerrera y la rodeó, evitando que siguiera alejándose. Se pegó a su costado y le pasó la extensa cola por encima del lomo, buscando reconfortarla en su desconcierto.
— Rabo de Salmón —La llamó, murmurando cerca de su oreja. —Estás bien. Soy Hoja Leopardina, estamos en el campamento del Clan del Río, es mediodía, estás viva —Buscaba compartirle la sensación de cercanía, hacerle saber que estaba ahí para ella. —Estamos bien… Ven, bebe algo de agua. También podemos buscar a Fronda.
Buscó llevarla hacia uno de los delgados arroyos que corrían por el campamento. Echó un rápido vistazo a la maternidad, donde yacía la gatita. Quizá debió haberse asegurado de que ella no viera lo sucedido.
And down on your knees, you just don't look so tall"
En cuanto escuchó hablar al gato que anteriormente confundió con su tan amada y recordada pareja fallecida, Rabo de Salmón sintió las orejas calientes de pena. Su corazón todavía latía fuertemente, pero un poco menos que antes.
En ese momento, quería estar en cualquier lado menos ahí mismo... ¿Qué pensarían él y los demás sobre ella? ¿Qué pensarían su líder y lugarteniente? ¿Que no es capaz ni de calmarse ella sola? Ahora, el pecho también le dolía de orgullo.
Su propia mente le dijo que se apartara sin más, pero su corazón decidió que se quedara. Permaneció en silencio e inmóvil por un buen rato, aliviada por la calidez del pelaje de su compañero de clan.
Una vez se tranquilizó, dejó salir un tembloroso suspiro silencioso y se apartó despacio, dándole la espalda y cerrando los ojos. No quería admitirlo, pero fue gracias a Hoja Leopardina que pudo calmarse. No es que no quisiera admitirlo porque le pareciera una falta de respeto de parte del guerrero. O tal vez sí, un poco... Le molestaba que la consolaran como a un gatito. Sin embargo... Más que nada, no quería admitirlo porque, ¿Qué guerrera fuerte necesita ayuda para algo tan simple?Dejó que sus pensamientos se esfumaran y abrió los ojos. Volteó y volvió a posar su mirada sobre la del contrario, frunciendo el ceño ligeramente, con un gesto de aflicción. Luego, asintió con la cabeza, como signo de agradecimiento, y también aceptando su propuesta.
over the world we knew...
Fronda se encontraba cerca del centro del campamento, observando a un grupo de aprendices que practicaban sus movimientos de caza bajo la supervisión de un guerrero mayor. Aunque su mente estaba enfocada en los movimientos ágiles de los jóvenes gatos, su corazón y pensamientos estaban con Pantanoso, deseando poder impresionarlo con sus habilidades y dedicación.
De repente, una conmoción cerca de la guarida de las reinas llamó su atención. Observó cómo Hoja Leopardina se acercaba a su madre, Rabo de Salmón, que parecía agitada y confundida. Sin pensarlo dos veces, Fronda se levantó rápidamente y corrió hacia ellos, su cola dorada ondeando detrás de ella.
—¡Madre!—exclamó, llegando junto a ellos con los ojos llenos de preocupación. Observó cómo Hoja Leopardina intentaba calmar a Rabo de Salmón, y su corazón se llenó de gratitud hacia el guerrero manchado. Se acercó y tocó suavemente el hombro de su madre con la nariz, tratando de transmitirle calma y consuelo.
—Estoy aquí, madre. ¿Estás bien?—preguntó con suavidad, su voz llena de cariño y preocupación. Miró a Hoja Leopardina, agradeciendo silenciosamente su ayuda, y luego se volvió de nuevo hacia Rabo de Salmón. —Vamos a beber un poco de agua, como sugirió Hoja Leopardina. Te hará sentir mejor.— Le sonrió a Rabo de Salmón — De paso podría contarte como me ha ido últimamente, he estado tan ocupada estos últimos días con patrullas y cacerías que no he tenido mucho tiempo para tener una buena charla.
Would you come here and spin with me?
I've been dying to get you dizzy
Find a way up into your head
So I can make you feel like new again
— El calor debe estar afectándola tanto como a todos nosotros —La justificó, en vano, incapaz de ocultar el secreto a voces que era la consciencia decaída de Rabo de Salmón. —Yo… Estaré cerca del campamento, por si necesitan algo.
Les dedicó a ambas una mirada de apreciación, posando su mirada un momento extra sobre la de la gata más joven, y luego de dar más pasos atrás, echó un vistazo a la entrada vacía de la maternidad, para luego asentirles a las guerreras y salir del campamento, abrumado y apenado por la experimentada guerrera.
And down on your knees, you just don't look so tall"
Ella la había acicalado la vez anterior, así que parecía ser una buena opción para acercarse.
Pequeña Bosque se le restregó a Fronda en las patas delanteras, ronroneando y con su cola bien en alto.
Luego miro a donde Rabo de Salmón, olfateo el aire a su alrededor con lo cual se sintió más cómoda, olía a casa, ella era de su Clan, así que no tenía nada por lo cual preocuparse.
Luego de un breve momento de observación, la cachorra volvió a soltar un “Mrrrp” en dirección a Rabo de Salmón, se acercó de a poco a la felina y lo mismo que hizo con Fronda, lo aplico con la felina recién conocida.
No pudo evitar sentir vergüenza por preocupar a su hija, pero, ¿Qué más remedio había? Ya pasó. E incluso otros guerreros como Hoja Leopardina entienden. Cada vez que los demás se preocupan, se siente rara y débil, pero quizá no está tan mal como cree.
Empujó con su cabeza, ligeramente, el hombro de la guerrera anaranjada, con afecto. —Está bien, querida. Me encantaría escucharte.— y entonces, el otro guerrero se despidió, evidentemente angustiado por lo que sucedió. Con la pena pesándole en el pecho nuevamente, quiso detenerlo para pedirle que se quedara, pero él no tardó en marcharse. Rabo de Salmón volvió su mirada hacia Fronda, preocupada. —Por favor, luego dile que lo siento.— inclinó sus orejas hacia abajo. —Los jóvenes son más sensibles, seguro le afectó.— agregó compasivamente.
Fue entonces que percibió una figura pequeña acercándose desde la maternidad, también de color naranja. Fue tomada por sorpresa -y al mismo tiempo no- por la actitud extrovertida y cariñosa de la cachorra, inevitablemente recordándole de las primeras lunas de vida de la pequeña Fronda.
Rabo de Salmón no pudo evitar sentir su corazón derretirse con la ternura de una madre, ronroneando y agachándose para darle un par de lamidas a la criatura. —Buenas tardes, jovenzuela.— Sus bigotes se sacudieron con gracia.
over the world we knew...
La voz de Rabo de Salmón, junto con una rápida lamida entre las orejas, llamo la atención de la diminuta cachorra, la cual respondió con un ronroneo mientras su pequeña cola e erizaba de la emoción.
Pequeña Bosque no era muy partidaria de las muestras de afecto físico, pero si que le gustaba que le lamieran detrás de las orejas, además de los acicalamientos ocasionales que recibía por parte del resto de la reinas y de, obviamente, su padre.
Más que claro estaba que ella no comprendía lo que estaba pasando en ese momento, así que solo se limito a observar lo que estaba pasando a su alrededor.