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Ambientación
Estación de la Hoja Caída ⸺ 19°C a 10°C
Los colores del paisaje comienzan a volverse anaranjados y marrones, y las hojas de los árboles comienzan a desprenderse de las ramas, cayendo sobre los territorios del bosque. Los guerreros se ponen más malhumorados de lo normal cuando sienten las frías brisas recorrer sus espinas, con la premisa de una estación más dura que la anterior. Incluso los Cuatro Árboles, que usualmente imponen respeto, ahora lentamente dejan caer sus hojas ante la mirada del Clan Estelar, quien está seguro que esta estación será dura para sus clanes, pero nada fuera de lo normal.Se abren las inscripciones a los Altos Cargos
El Otoño ha llegado
¡Apertura! Sean bienvenidos
No hay nada nuevo por aquí
Ala de Halcón
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El joven guerrero se encontraba trotando a paso firme en dirección a la frontera con el Clan del Río, su mente ausente de tantas ideas que le invadían la cabeza, haciendo sus zarpas arder de impaciencia y vergüenza. No era digno de él, ni de ningún gato hacer lo que planeaba hacer, pero si salía bien, si había una pizca de esperanza entonces haría lo que tuviera que hacer: el Clan del Viento pasaba una pésima racha de presas en la Estación de la Hoja Verde, ¡Se supone que deberían estar gozando de cacerías exitosas! Pero en su lugar la hambruna se hacía un temor cada vez más frecuente mientras había un nuevo alba por el cuál despertar. El pánico se situaba en él ante su desesperada situación, el páramo estaba helado con una brisa fresca la cuál no ayudaba a su pelaje corto, avanzaba abandonando su trote por un paso veloz, sabía que podía correr desde donde estaba hasta el río que lo separaba del Clan vecino, y una vez llegó ahí tuvo que tomar bocanadas de aire, exhausto física y mentalmente, de verdad que no quería recurrir a comer horrorosos pescados ¿Cómo le gustaba eso al Clan del Río? ¡Puaj! Trató de poner una zarpa en el agua pero tuvo que sacarla y sacudirse lo mojado ¡Estaba más helada que la brisa que le pegaba en su pelaje! La noche nunca resultaba un momento óptimo para Ala de Halcón, todo parecía frío aunque no fuese realmente cierto. Después de unos momentos de indecisión, tomó agua del río para saciar su sed a raíz de su pánico y vergüenza propia, finalmente introduciendo todo su cuerpo en el río, para su suerte era una corriente calmada, no había mucha actividad a estas horas incluso para la naturaleza.
Su plan fue corriente abajo bastante rápido ¡No sabía nadar! Estaba haciendo un alboroto con el ruido que provocaba su cuerpo contra el agua en un intento de mantenerse a flote, era bien sabido que el Clan del Viento era el peor con el agua pero todavía necesitaban comida y Ala de Halcón era un gato demasiado optimista para verle oportunidad a cualquier opción que fuese mínimamente viable. Pasó ratos vergonzosamente largos continuando su alboroto cacofónico, odiaba el agua, odiaba hacer tanto ruido a mitad de un ambiente tan silencioso, odiaba que siquiera estaba pensando en atrapar algo sin saber moverse en donde planeaba hacerlo, si se metía en problemas no sabría qué excusa poner pero debía intentarlo.
Pasaba ratos saliendo a la orilla de su lado de la frontera para sacudirse frenéticamente el agua fuera de su cuerpo, tomando bocanadas violentas de aire como si estuviese ahogándose, no estaba cerca de hacerlo pero se sentía así y el guerrero tenía demasiadas cosas en la mente como para enfocarse, volviendo a meterse al río dentro de poco repitiendo su penoso proceso una y otra vez. Sería una noche larga para Ala de Halcón.
Su plan fue corriente abajo bastante rápido ¡No sabía nadar! Estaba haciendo un alboroto con el ruido que provocaba su cuerpo contra el agua en un intento de mantenerse a flote, era bien sabido que el Clan del Viento era el peor con el agua pero todavía necesitaban comida y Ala de Halcón era un gato demasiado optimista para verle oportunidad a cualquier opción que fuese mínimamente viable. Pasó ratos vergonzosamente largos continuando su alboroto cacofónico, odiaba el agua, odiaba hacer tanto ruido a mitad de un ambiente tan silencioso, odiaba que siquiera estaba pensando en atrapar algo sin saber moverse en donde planeaba hacerlo, si se metía en problemas no sabría qué excusa poner pero debía intentarlo.
Pasaba ratos saliendo a la orilla de su lado de la frontera para sacudirse frenéticamente el agua fuera de su cuerpo, tomando bocanadas violentas de aire como si estuviese ahogándose, no estaba cerca de hacerlo pero se sentía así y el guerrero tenía demasiadas cosas en la mente como para enfocarse, volviendo a meterse al río dentro de poco repitiendo su penoso proceso una y otra vez. Sería una noche larga para Ala de Halcón.
Zarpa Soleada
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El último paseo nocturno de Zarpa Soleada no había salido como lo había planeado, si bien había conocido a una integrante menos desagradable del Clan del Trueno. Por eso que aquella noche había decidido volver a desobedecer las órdenes dadas por Estrella de Serpiente. Amaba tener sus momentos de privacidad en los que podía dejar de preocuparse por las miradas ajenas. Si bien cuando era una aprendiza más joven tampoco podía salir, no se sentía tan observada y juzgada como durante aquellos días. Como buena gata del Clan del Río sus patas la guiaron hacia el agua. Echaba de menos sumergirse y nadar. Echaba de menos a los peces a los que tanto estaba acostumbrada y que había insistido en solamente atrapar sin hacerle caso a otras presas. Sin embargo, un chapoteo ruidoso le hizo alzar las orejas. Se escondió entre la maleza y cuando identificó al responsable no pudo evitar maldecir mentalmente. "¿Qué tienen últimamente los gatos de otros clanes con nadar? Y encima lo hacen con tan poca clase... Espera, ¿se está ahogando?"
Su cuerpo se movió por sí solo cuando saltó hacia el agua helada del río, dejando atrás la seguridad de los arbustos. Poco podía saber la aprendiza que en realidad Ala de Halcón no corría peligro. Con rapidez se sumergió hasta estar debajo del guerrero y poder levantarlo con su lomo hasta guiarlo hacia la orilla del Clan del Viento, con algo de esfuerzo por sus heridas. Era otra infracción del código guerrero, ¡pero a quién le importaba! ¡A la mierda todas esas estúpidas reglas! Cuando estuvo segura de que el extraño pudo pisar tierra firme salió del agua y se sacudió, echándole encima al pobre Ala de Halcón algunas gotitas.
— ¡Por el Clan Estelar! ¿Eres idiota o te gusta suicidarte? Porque si no te vuelvo a tirar al agua con gusto pedazo de excremento de rata -dijo claramente mosqueada levantando un poco el tono de voz a la par que le mostraba las fauces. A su parecer el Clan del Viento era el clan menos desagradable de los tres que no eran el suyo pero estaba empezando a pensar que era porque sus gatos no tenían ni cerebro. ¡Claro que corrían más rápido si iban tan ligeros! A pesar de haberle "salvado" no estaba segura de las intenciones del guerrero y se mantenía en guardia. El encontronazo con Estrella Rota le había dejado algunas secuelas, no solo físicas- ¿Sabes maullar o has tragado tanta agua que te ha dejado retrasado?
Su cuerpo se movió por sí solo cuando saltó hacia el agua helada del río, dejando atrás la seguridad de los arbustos. Poco podía saber la aprendiza que en realidad Ala de Halcón no corría peligro. Con rapidez se sumergió hasta estar debajo del guerrero y poder levantarlo con su lomo hasta guiarlo hacia la orilla del Clan del Viento, con algo de esfuerzo por sus heridas. Era otra infracción del código guerrero, ¡pero a quién le importaba! ¡A la mierda todas esas estúpidas reglas! Cuando estuvo segura de que el extraño pudo pisar tierra firme salió del agua y se sacudió, echándole encima al pobre Ala de Halcón algunas gotitas.
— ¡Por el Clan Estelar! ¿Eres idiota o te gusta suicidarte? Porque si no te vuelvo a tirar al agua con gusto pedazo de excremento de rata -dijo claramente mosqueada levantando un poco el tono de voz a la par que le mostraba las fauces. A su parecer el Clan del Viento era el clan menos desagradable de los tres que no eran el suyo pero estaba empezando a pensar que era porque sus gatos no tenían ni cerebro. ¡Claro que corrían más rápido si iban tan ligeros! A pesar de haberle "salvado" no estaba segura de las intenciones del guerrero y se mantenía en guardia. El encontronazo con Estrella Rota le había dejado algunas secuelas, no solo físicas- ¿Sabes maullar o has tragado tanta agua que te ha dejado retrasado?
✷ "No one will love you if you're unattractive" ✷
Ala de Halcón
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Con la respiración pesada ante la inesperada –pero, de cierta forma, obvia siendo que era cuestión de tiempo a que alguien lo escuchara– salió del río con la “ayuda” de una guerrera, ¿De dónde había salido? No lo sabía, pero su habilidad y gracias en el agua le dejaban bastante en claro que era del Clan del Río, ups, lo habían atrapado.
Tomó su tiempo para recuperar el aire, si bien no se estaba ahogando sí que estaba cerca de haber pasado por la experiencia, tosió varias veces hasta recuperarse lo suficiente para hablar, siendo inmediatamente interrumpido por un estornudo ¡Había agarrado un resfriado! No era la primera vez que le pasaba, pero definitivamente era la primera bajo estas circunstancias. La agresividad con la que habló la guerrera del Río no le pareció tan agradable que digamos, pero él se lo había buscado tratando de hacer lo que no debía, tenía suerte de que lo haya ayudado a salir siquiera de su apuro mojado.
–¡Ah, disculpas! .– Se apresuró a maullar con una sonrisa en el rostro. –Verás yo estaba…– Pausó un momento para pensar mejor en su mentira, necesitaba una buena excusa, parecía que la gata tricolor podría empezar una pelea si no elegía sus palabras con cautela, y eso fue exactamente lo que hizo. –Verás, estaba intentando agarrar una presa, pero estaba tan enfocado que creí que podía agarrarla en el río. Pero cada quién con sus habilidades, como has visto ¡No soy bueno en el agua!.– Soltó una risita bromista mientras movía los bigotes ligeramente satisfecho con su explicación, no estaba mintiendo con esa última parte.
Fijó su mirada en la contraria, inspeccionando su pelaje: tenía heridas visibles ¿Qué le habrá pasado? Ala de Halcón visitaba constantemente al curandero de su Clan, Enebro, por sus resfriados que parecían jamás dejarlo en paz y sabía perfectamente que las cicatrices de la gata no habían sido tratadas en lo más mínimo, ¿O quizá se las había reabierto, estando a solas tan tarde? ¡Encima ayudándolo a salir del agua! Qué desastre, qué pena, qué vergüenza sentía Ala de Halcón si es que había reabierto sus heridas por culpa suya, movió la cola de lado a lado, incómodo con lo que pensó había provocado, rápidamente agachó la cabeza en respeto para disculparse.
–Lamento lo de tus heridas, deberías estar descansando en vez de estar empeorando tu estado salvando gatos como yo.– A pesar de su tono de voz cargado de pena y una pizca de tristeza, en su rostro seguía brillando una sonrisa leve, más que nada para hacerle saber a la hermosa gata que no tenía intenciones de pelear, el guerrero marrón rojizo era uno respetable, si podía evitarse el conflicto mejor… Aunque, ya que estaban ahí, debía admitir que estaba considerando pedirle asistencia aunque sea para poder nadar o cazar alguna presa que quede más cercana a la orilla del Clan del Viento.
Tomó su tiempo para recuperar el aire, si bien no se estaba ahogando sí que estaba cerca de haber pasado por la experiencia, tosió varias veces hasta recuperarse lo suficiente para hablar, siendo inmediatamente interrumpido por un estornudo ¡Había agarrado un resfriado! No era la primera vez que le pasaba, pero definitivamente era la primera bajo estas circunstancias. La agresividad con la que habló la guerrera del Río no le pareció tan agradable que digamos, pero él se lo había buscado tratando de hacer lo que no debía, tenía suerte de que lo haya ayudado a salir siquiera de su apuro mojado.
–¡Ah, disculpas! .– Se apresuró a maullar con una sonrisa en el rostro. –Verás yo estaba…– Pausó un momento para pensar mejor en su mentira, necesitaba una buena excusa, parecía que la gata tricolor podría empezar una pelea si no elegía sus palabras con cautela, y eso fue exactamente lo que hizo. –Verás, estaba intentando agarrar una presa, pero estaba tan enfocado que creí que podía agarrarla en el río. Pero cada quién con sus habilidades, como has visto ¡No soy bueno en el agua!.– Soltó una risita bromista mientras movía los bigotes ligeramente satisfecho con su explicación, no estaba mintiendo con esa última parte.
Fijó su mirada en la contraria, inspeccionando su pelaje: tenía heridas visibles ¿Qué le habrá pasado? Ala de Halcón visitaba constantemente al curandero de su Clan, Enebro, por sus resfriados que parecían jamás dejarlo en paz y sabía perfectamente que las cicatrices de la gata no habían sido tratadas en lo más mínimo, ¿O quizá se las había reabierto, estando a solas tan tarde? ¡Encima ayudándolo a salir del agua! Qué desastre, qué pena, qué vergüenza sentía Ala de Halcón si es que había reabierto sus heridas por culpa suya, movió la cola de lado a lado, incómodo con lo que pensó había provocado, rápidamente agachó la cabeza en respeto para disculparse.
–Lamento lo de tus heridas, deberías estar descansando en vez de estar empeorando tu estado salvando gatos como yo.– A pesar de su tono de voz cargado de pena y una pizca de tristeza, en su rostro seguía brillando una sonrisa leve, más que nada para hacerle saber a la hermosa gata que no tenía intenciones de pelear, el guerrero marrón rojizo era uno respetable, si podía evitarse el conflicto mejor… Aunque, ya que estaban ahí, debía admitir que estaba considerando pedirle asistencia aunque sea para poder nadar o cazar alguna presa que quede más cercana a la orilla del Clan del Viento.
Zarpa Soleada
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Se esperó escuchar unas palabras por parte del guerrero pero cuando en vez de estas fue un estornudo lo que salió primero, Zarpa Soleada se echó hacia atrás con una expresión asqueada en su rostro. ¡Mas le valía no pegarle nada! Encima que lo había ayudado un resfriado no era una compensación digna.. Aunque pensó en que tal vez podría usarlo como excusa para no entrenar, la idea no la desagradó demasiado. Fuera como fuese, los mocos la repugnaban lo suficiente como para no arriesgarse.
— Se nota, aunque... -caminó con paso firme alrededor de Ala de Halcón, analizando su apariencia con desdeño- que yo sepa no muchas presas huyen hacia el agua. A menos que intentaras cazar un pez. Por el Clan Estelar, ¿tan tonta os parezco? Que mi pelaje sea tan suave como el de un cachorro no quiere decir que tenga la inteligencia de uno -Pluma de Miel también la había intentado engañar con anterioridad, ¡era cierto que a veces era distraída pero tenía un límite!
Tras gravitar entorno al guerrero se sentó a unas cuantas colas de distancia, más por cuidarse de sus estornudos que de sus posibles ataques. Pese a que Zarpa Soleada no tuviese intenciones de luchar sus expresiones casi que parecían indicar lo contrario. Era ciertamente admirable el tiempo que la gata podía pasar con el ceño fruncido, a lo mejor hasta podría haber batido algún récord a lo largo de su corta vida. La risa de Ala de Halcón pareció irritarla aún más porque miró hacia otra parte como si acabara de ver lo más repulsivo de su vida.
— Deja de victimizarte, si te he ayudado ha sido porque no quiero beber ni nadar en el agua contaminada por el cadáver de un gato del Clan del Viento, apestáis. Mis heridas están bien -maulló alzando una de sus patas delanteras para poco después comenzar a acicalarse- como sea. ¿Tanto os estáis muriendo de hambre que necesitáis robarnos los peces? -había notado las marcas de las costillas del guerrero que habían comenzado a sobresalir, y pese a que pareciera estar enfadada como siempre, no le molestaba demasiado que él hubiera intentado cazar en el río. Zarpa Soleada no tenía un corazón de piedra, sus gestos a veces hablaban por sí mismos, tal y como lo había hecho minutos antes salvándole.
Recordó el hambre que ella misma había pasado cuando era una cachorra, suplicando por al menos algo de las sobras de su madre. La carestía de comida era algo que había vivido y por la cual empatizaba, si bien las circunstancias de ambos habían sido diferentes. Suspiró moviendo su cola indecisa, parecía tener un debate interno que al rato culminó con un suspiro. Ignorando la mirada de Ala de Halcón; que suponía que la pondría aún más nerviosa por lo que estaba a punto de hacer, se acercó al río y saltó sobre unas cuantas piedras, algo alejadas del punto el cual él se había "ahogado". Los peces casi que no nadarían por esa zona tras todo el ruido. Se agachó pegando la panza en la superficie en la que se encontraba y atenta observó cada movimiento. Cuando estuvo lista hundió sus zarpas en el agua.
— Se nota, aunque... -caminó con paso firme alrededor de Ala de Halcón, analizando su apariencia con desdeño- que yo sepa no muchas presas huyen hacia el agua. A menos que intentaras cazar un pez. Por el Clan Estelar, ¿tan tonta os parezco? Que mi pelaje sea tan suave como el de un cachorro no quiere decir que tenga la inteligencia de uno -Pluma de Miel también la había intentado engañar con anterioridad, ¡era cierto que a veces era distraída pero tenía un límite!
Tras gravitar entorno al guerrero se sentó a unas cuantas colas de distancia, más por cuidarse de sus estornudos que de sus posibles ataques. Pese a que Zarpa Soleada no tuviese intenciones de luchar sus expresiones casi que parecían indicar lo contrario. Era ciertamente admirable el tiempo que la gata podía pasar con el ceño fruncido, a lo mejor hasta podría haber batido algún récord a lo largo de su corta vida. La risa de Ala de Halcón pareció irritarla aún más porque miró hacia otra parte como si acabara de ver lo más repulsivo de su vida.
— Deja de victimizarte, si te he ayudado ha sido porque no quiero beber ni nadar en el agua contaminada por el cadáver de un gato del Clan del Viento, apestáis. Mis heridas están bien -maulló alzando una de sus patas delanteras para poco después comenzar a acicalarse- como sea. ¿Tanto os estáis muriendo de hambre que necesitáis robarnos los peces? -había notado las marcas de las costillas del guerrero que habían comenzado a sobresalir, y pese a que pareciera estar enfadada como siempre, no le molestaba demasiado que él hubiera intentado cazar en el río. Zarpa Soleada no tenía un corazón de piedra, sus gestos a veces hablaban por sí mismos, tal y como lo había hecho minutos antes salvándole.
Recordó el hambre que ella misma había pasado cuando era una cachorra, suplicando por al menos algo de las sobras de su madre. La carestía de comida era algo que había vivido y por la cual empatizaba, si bien las circunstancias de ambos habían sido diferentes. Suspiró moviendo su cola indecisa, parecía tener un debate interno que al rato culminó con un suspiro. Ignorando la mirada de Ala de Halcón; que suponía que la pondría aún más nerviosa por lo que estaba a punto de hacer, se acercó al río y saltó sobre unas cuantas piedras, algo alejadas del punto el cual él se había "ahogado". Los peces casi que no nadarían por esa zona tras todo el ruido. Se agachó pegando la panza en la superficie en la que se encontraba y atenta observó cada movimiento. Cuando estuvo lista hundió sus zarpas en el agua.
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El miembro 'Zarpa Soleada' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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Ala de Halcón
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El amarronado no quería admitir la condición en la que se encontraba su Clan ante el tono con el que la gata lanzaba sus preguntas de una forma filosa, ese no era su estilo de juego, soltó un suspiro honesto y cansado mientras sus pequeños estornudos cesaban por un momento.
–Bueno, estoy seguro de que si tuvieras la oportunidad de ayudar a los tuyos de una forma u otra lo harías, ¿Verdad?.– Maulló con una sonrisa, intentando mostrar su mejor lado para no parecer una amenaza ante la guerrera.
Mientras la veía poner su atención hacia el río, se dispuso a sentarse y observar cómo lo hacía: se había parado en una roca que yacía en el agua, evitando mojarse y caer de hocico tal como lo había tratado de hacer Ala de Halcón, se inclinó hacia adelante poniendo aún más atención a sus movimientos, quizá si aprendía un poco de tan sólo una pequeña demostración podía llegar a atrapar un pez. Una vez la gata pasó un rato contemplando los peces que andaban cerca de ahí, lanzó sus zarpas al agua atrapando con facilidad y elegancia un pez como si fuera un conejo al que tanto estaba acostumbrado el contrario, asombrado, alzó sus orejas intentando acercarse para imitar lo que había presenciado. Buscó primero desde la orilla dónde había presas prometedoras en el agua y después tomó un par de saltos pequeños para llegar a donde había un par de pececillos nadando a contracorriente.
–¿Puedo intentar? Prometo no robar ninguna presa de aquí.– Sonrió con cortesía y amabilidad, para después saltar a una roca de ahí tal como había observado a la felina del Río hacerlo.
Le costó encontrar el equilibrio por un par de segundos, pero en cuanto lo tuvo se agazapó listo para lanzar sus garras al agua y una vez que vió a un pez lo suficientemente cerca, no dudó en intentar atraparle.
–Bueno, estoy seguro de que si tuvieras la oportunidad de ayudar a los tuyos de una forma u otra lo harías, ¿Verdad?.– Maulló con una sonrisa, intentando mostrar su mejor lado para no parecer una amenaza ante la guerrera.
Mientras la veía poner su atención hacia el río, se dispuso a sentarse y observar cómo lo hacía: se había parado en una roca que yacía en el agua, evitando mojarse y caer de hocico tal como lo había tratado de hacer Ala de Halcón, se inclinó hacia adelante poniendo aún más atención a sus movimientos, quizá si aprendía un poco de tan sólo una pequeña demostración podía llegar a atrapar un pez. Una vez la gata pasó un rato contemplando los peces que andaban cerca de ahí, lanzó sus zarpas al agua atrapando con facilidad y elegancia un pez como si fuera un conejo al que tanto estaba acostumbrado el contrario, asombrado, alzó sus orejas intentando acercarse para imitar lo que había presenciado. Buscó primero desde la orilla dónde había presas prometedoras en el agua y después tomó un par de saltos pequeños para llegar a donde había un par de pececillos nadando a contracorriente.
–¿Puedo intentar? Prometo no robar ninguna presa de aquí.– Sonrió con cortesía y amabilidad, para después saltar a una roca de ahí tal como había observado a la felina del Río hacerlo.
Le costó encontrar el equilibrio por un par de segundos, pero en cuanto lo tuvo se agazapó listo para lanzar sus garras al agua y una vez que vió a un pez lo suficientemente cerca, no dudó en intentar atraparle.
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