Últimos temas
Inscripción a Santa SecretoAyer a las 6:14 pm por Cardeña
Blooming new — Abierto al Clan del Trueno [Ceremonia de Aprendiz]Ayer a las 4:21 pm por Corazón de Arena
En son de paz - Rol frontera Clan del Trueno - AbiertoMiér Dic 04, 2024 10:40 pm por Plateado
⋅˚₊‧ ୨୧ ‧₊˚ ⋅ Busqueda dE INTERES AMOROSO ⋅˚₊‧ ୨୧ ‧₊˚ CEFERINAMiér Dic 04, 2024 6:52 pm por Ceferina
Registro de multicuentasMiér Dic 04, 2024 4:42 pm por Pantanoso
estan en los clanes - RelatoLun Dic 02, 2024 9:08 pm por Plateado
Solicitud de cierre de temasLun Dic 02, 2024 5:09 pm por Zarpa de Jazmín
Raíces Heladas [ASAMBLEA]Dom Dic 01, 2024 6:00 pm por Estrella Rota
— setout — pantanoso & lluvia escarchada (publico)Sáb Nov 30, 2024 10:21 am por Pantanoso
Bienvenido,
Ambientación
Estación de la Hoja Caída ⸺ 19°C a 10°C
Los colores del paisaje comienzan a volverse anaranjados y marrones, y las hojas de los árboles comienzan a desprenderse de las ramas, cayendo sobre los territorios del bosque. Los guerreros se ponen más malhumorados de lo normal cuando sienten las frías brisas recorrer sus espinas, con la premisa de una estación más dura que la anterior. Incluso los Cuatro Árboles, que usualmente imponen respeto, ahora lentamente dejan caer sus hojas ante la mirada del Clan Estelar, quien está seguro que esta estación será dura para sus clanes, pero nada fuera de lo normal.Se abren las inscripciones a los Altos Cargos
El Otoño ha llegado
¡Apertura! Sean bienvenidos
No hay nada nuevo por aquí
Cardeña
Icon :
Mensajes : 21
Estrellas : 1719
HP :
Género : Femenino
Rango : Aprendiz
Usuario
Era el mediodía, y Cardeña se encontraba entrenando sus habilidades de caza junto a su mentor, una actividad que podría admitir disfrutar más que el entrenamiento de movimientos de batalla. Acordaron separarse para agilizar la caza, y a Cardeña no le quedó más que aceptar. Eso sí, aún le generaba un poco de ansiedad, tanto de la buena como de la mala, el tener que salir del campamento y enfrentarse al mundo enorme que los rodeaba. Tampoco es que el territorio fuera completamente desconocido, pero igualmente le erizaba los pelos.
Suspiró aún pensativa. Le gustaría ser tan valiente y decidida como su hermana, quien no se cuestiona para nada lo que quiere hacer y ser. O al menos lo aparenta muy bien.
Pero Cardeña sintió que ella estaba dividida en dos, una parte para su mamá, y otra para su papá. Lo cual en un inicio no estaría realmente mal, pero comenzó a doler en cuanto se dio cuenta de que cada uno estaba en un camino distinto. A ella le gustaría realizar el sueño que su madre tantas lunas le propuso, el ser una curandera. Pero eso parecía significar el sacrificio del amor de su padre, y posiblemente de su hermana... Si cambiaba, ¿Todavía la querrían? Si no fuera lo que ellos quieren o esperan, ¿La querrían? Algo estaba tirando fuertemente de su corazón, lejos del punto de comienzo, pero no podía ver hacia dónde, solo sabía que no venía ni de su madre, ni de su padre, ni de su hermana.
Sin darse cuenta, se distrajo y terminó algo lejos de donde estaba. Su corazón empezó a agitarse con miedo, ahora se encontraba sola. Pero trató de calmarse y prestar atención, logrando percibir el suave sonido del agua moviéndose entre la tierra de su hogar, y la del clan vecino. Ahora se encontraba un poco más allá de las rocas soleadas. El sol hacía que el pasto verde brillara con vida, y ya podía sentir el intenso calor. Atraída por el sereno sonido de las aguas, se asomó agazapada y se acostó sobre sus patas. Se sentía un poco incómoda por la sensación de la tierra y pasto mojados entre sus dedos. Pero de alguna forma eso, junto con el sonido de la corriente fluyente del río, lograron calmar su corazón y pensamientos.
Suspiró aún pensativa. Le gustaría ser tan valiente y decidida como su hermana, quien no se cuestiona para nada lo que quiere hacer y ser. O al menos lo aparenta muy bien.
Pero Cardeña sintió que ella estaba dividida en dos, una parte para su mamá, y otra para su papá. Lo cual en un inicio no estaría realmente mal, pero comenzó a doler en cuanto se dio cuenta de que cada uno estaba en un camino distinto. A ella le gustaría realizar el sueño que su madre tantas lunas le propuso, el ser una curandera. Pero eso parecía significar el sacrificio del amor de su padre, y posiblemente de su hermana... Si cambiaba, ¿Todavía la querrían? Si no fuera lo que ellos quieren o esperan, ¿La querrían? Algo estaba tirando fuertemente de su corazón, lejos del punto de comienzo, pero no podía ver hacia dónde, solo sabía que no venía ni de su madre, ni de su padre, ni de su hermana.
Sin darse cuenta, se distrajo y terminó algo lejos de donde estaba. Su corazón empezó a agitarse con miedo, ahora se encontraba sola. Pero trató de calmarse y prestar atención, logrando percibir el suave sonido del agua moviéndose entre la tierra de su hogar, y la del clan vecino. Ahora se encontraba un poco más allá de las rocas soleadas. El sol hacía que el pasto verde brillara con vida, y ya podía sentir el intenso calor. Atraída por el sereno sonido de las aguas, se asomó agazapada y se acostó sobre sus patas. Se sentía un poco incómoda por la sensación de la tierra y pasto mojados entre sus dedos. Pero de alguna forma eso, junto con el sonido de la corriente fluyente del río, lograron calmar su corazón y pensamientos.
All around is stone, all is soft inside...
Melodía de Brasas
Icon :
Mensajes : 6
Estrellas : 1675
HP :
Género : Femenino
Rango : Curandero
NPC (Usuario Inactivo)
Con el sol en lo más alto y sintiendo la calidez de este sobre su pelaje, decidió que sería un buen día para abastecer sus suministros teniendo al clima de su lado.
Melodía de Brasas caminó a través del campamento, saludando a cada gato con el que se cruzara. Y, aunque le parecía tentador invitar a otro gato para caminar por allí, prefirió ir por su cuenta; de esa forma, la rojiza podría pasear y, quizás, si tenía suerte, podría también cazar algún que otro pez o estirar un rato las patas y corretear por el territorio.
Sacudió la cabeza, despejándola, y siguió su camino por el territorio a un paso tranquilo. Antes de darse cuenta, llegó al río: parecía ser que había estado tan relajada paseando por sí misma que, no sólo no había recolectado ni una sola hierba, sino que había llegado hasta la frontera con el Clan del Trueno. Negó y se enfadó un poco consigo misma, ¿cómo podía ser que luego de semejante caminata volviera con las patas vacías? En definitiva, debía pegar la vuelta y estar más atenta entonces a su objetivo. Pero algo llamó su atención: allí, cerca de las Rocas Soleadas, se encontraba una aprendiza, pudo suponer por su tamaño. Entrecerró sus ojos e intentó recordar si la conocía de algún lado, pero, bueno, habían demasiados gatos como para recordarlos a todos, suficiente era con su clan, pensó. Y de igual forma no pudo evitar preocuparse al ver a la gata sola.
Entonces se acercó, y por un momento quiso retroceder al notar el estado pacífico en el que se encontraba, ¿cómo podría interrumpir eso? Pero ya se encontraba frente suyo, Melodía de Brasas a veces era demasiado impulsiva.
— Oye— llamó y le tocó el hombro levemente con su pata para llamar su atención —. ¿Estás bien?
Melodía de Brasas caminó a través del campamento, saludando a cada gato con el que se cruzara. Y, aunque le parecía tentador invitar a otro gato para caminar por allí, prefirió ir por su cuenta; de esa forma, la rojiza podría pasear y, quizás, si tenía suerte, podría también cazar algún que otro pez o estirar un rato las patas y corretear por el territorio.
Sacudió la cabeza, despejándola, y siguió su camino por el territorio a un paso tranquilo. Antes de darse cuenta, llegó al río: parecía ser que había estado tan relajada paseando por sí misma que, no sólo no había recolectado ni una sola hierba, sino que había llegado hasta la frontera con el Clan del Trueno. Negó y se enfadó un poco consigo misma, ¿cómo podía ser que luego de semejante caminata volviera con las patas vacías? En definitiva, debía pegar la vuelta y estar más atenta entonces a su objetivo. Pero algo llamó su atención: allí, cerca de las Rocas Soleadas, se encontraba una aprendiza, pudo suponer por su tamaño. Entrecerró sus ojos e intentó recordar si la conocía de algún lado, pero, bueno, habían demasiados gatos como para recordarlos a todos, suficiente era con su clan, pensó. Y de igual forma no pudo evitar preocuparse al ver a la gata sola.
Entonces se acercó, y por un momento quiso retroceder al notar el estado pacífico en el que se encontraba, ¿cómo podría interrumpir eso? Pero ya se encontraba frente suyo, Melodía de Brasas a veces era demasiado impulsiva.
— Oye— llamó y le tocó el hombro levemente con su pata para llamar su atención —. ¿Estás bien?
Cardeña
Icon :
Mensajes : 21
Estrellas : 1719
HP :
Género : Femenino
Rango : Aprendiz
Usuario
Evidentemente relajada, Cardeña cerró los ojos, logrando olvidar que en ese mismo momento se encontraba justo en medio de dos clanes, literalmente. Eran pocas las ocasiones en las que podía relajarse así, puesto que siempre la perseguía la ansiedad impuesta por parte de su madre, interminables advertencias sobre los peligros del exterior, las incontables formas en las que podría morir. Pero aquí estaba, tan tranquila en la orilla contraria a la que podría pertenecer a un clan enemigo.
Y tanto se distrajo, otra vez, que no se dio cuenta de que alguien se le acercó desde adelante. En cuanto tocó inesperadamente su hombro, Cardeña dio un saltito en su lugar y abrió los ojos como platos. —¡Ay!— exclamó, echándose hacia atrás del susto. A continuación, erizada, echó un vistazo de arriba a abajo a la gata, tratando desesperadamente de reconocerla. Pronto notó que se trataba del Clan del Río, y desprendía un peculiar aroma a... hierbas. ¿Sería su curandera? —Disculpa...— maulló suavemente, casi imperceptible, alternando incómoda y periódicamente el foco de su mirada entre los ojos de la gata y el suelo cubierto de césped.
Dubitativa, volvió a recordar las mil advertencias de su madre, sin embargo... Su primer encuentro con un extraño no parecía tan peligroso como era descrito siempre. Con una pata delantera levantada en el aire, por si tuviera que salir corriendo de repente, y con el corazón latiendo fuertemente, inundado de inseguridades y pensamientos contrarios, agachó las orejas y se giró lentamente hacia la gata, atreviéndose a dirigirle directamente la mirada. —T-tú... Eres... ¿Eres hostil?— nerviosa, envolvió sus patas delanteras con su cola esponjosa, amasando la tierra entre sus garras. Luego, internamente se cuestionó el haber hecho una pregunta tan tonta. Si alguien fuera naturalmente hostil, ¿Por qué lo diría abiertamente? Se sintió toda una cerebro de ratón, incomparable con su inteligente y astuta hermana.
Su propia mente le demandaba correr de vuelta hacia el campamento, pero sus patas traseras estaban como paralizadas.
Y tanto se distrajo, otra vez, que no se dio cuenta de que alguien se le acercó desde adelante. En cuanto tocó inesperadamente su hombro, Cardeña dio un saltito en su lugar y abrió los ojos como platos. —¡Ay!— exclamó, echándose hacia atrás del susto. A continuación, erizada, echó un vistazo de arriba a abajo a la gata, tratando desesperadamente de reconocerla. Pronto notó que se trataba del Clan del Río, y desprendía un peculiar aroma a... hierbas. ¿Sería su curandera? —Disculpa...— maulló suavemente, casi imperceptible, alternando incómoda y periódicamente el foco de su mirada entre los ojos de la gata y el suelo cubierto de césped.
Dubitativa, volvió a recordar las mil advertencias de su madre, sin embargo... Su primer encuentro con un extraño no parecía tan peligroso como era descrito siempre. Con una pata delantera levantada en el aire, por si tuviera que salir corriendo de repente, y con el corazón latiendo fuertemente, inundado de inseguridades y pensamientos contrarios, agachó las orejas y se giró lentamente hacia la gata, atreviéndose a dirigirle directamente la mirada. —T-tú... Eres... ¿Eres hostil?— nerviosa, envolvió sus patas delanteras con su cola esponjosa, amasando la tierra entre sus garras. Luego, internamente se cuestionó el haber hecho una pregunta tan tonta. Si alguien fuera naturalmente hostil, ¿Por qué lo diría abiertamente? Se sintió toda una cerebro de ratón, incomparable con su inteligente y astuta hermana.
Su propia mente le demandaba correr de vuelta hacia el campamento, pero sus patas traseras estaban como paralizadas.
All around is stone, all is soft inside...
Melodía de Brasas
Icon :
Mensajes : 6
Estrellas : 1675
HP :
Género : Femenino
Rango : Curandero
NPC (Usuario Inactivo)
Por un momento, Melodía de Brasas sintió el impulso de disculparse al ver el susto que se había pegado la menor, no había sido su intención que se sobresaltara de esa forma; pero antes de que pudiera emitir un solo sonido, la gata ya se le había adelantado. Quedando con las palabras en la boca, la rojiza esperó pacientemente que terminara la frase: podía notar su nerviosismo, y claro que también lo entendía, ella también había sido una jóven aprendiz de guerrero en algún momento.
Ronroneó divertida, absteniéndose de soltar una carcajada, con la pregunta de la gata del Clan del Trueno. Aunque se arrepintió instantáneamente, ¿cómo podía ser tan cruel con una gatita que hacía latidos se encontraba ajena a todo en medio de una frontera? Se mordió la lengua para no regañarla. ¿Es que los gatos del Clan del Trueno no les enseñan a sus aprendices del peligro? ¡Por el amor del Clan Estelar! Movió la cola y volvió a la realidad, lamentándose de haberse ido en sus pensamientos y de haber dejado a la pobre gata a la espera de una respuesta, más luego del cuestionamiento que le había hecho.
— Puedes relajarte. Soy una simple curandera: no podría jamás ser hostil, menos contra una jovenzuela tan adorable como tú — Melodía de Brasas rio levemente en un intento de aligerar el ambiente y quitarle algo de tensión a la aprendiz -cuyo nombre desconocía, recordó - , pero quizás ese no había sido su decisión más inteligente - ¡se encontraba con una aprendiz que no conocía, y de un clan enemigo! Ah, a veces ni ella misma podía llegar a comprender cómo era tan confianzuda.
Ronroneó divertida, absteniéndose de soltar una carcajada, con la pregunta de la gata del Clan del Trueno. Aunque se arrepintió instantáneamente, ¿cómo podía ser tan cruel con una gatita que hacía latidos se encontraba ajena a todo en medio de una frontera? Se mordió la lengua para no regañarla. ¿Es que los gatos del Clan del Trueno no les enseñan a sus aprendices del peligro? ¡Por el amor del Clan Estelar! Movió la cola y volvió a la realidad, lamentándose de haberse ido en sus pensamientos y de haber dejado a la pobre gata a la espera de una respuesta, más luego del cuestionamiento que le había hecho.
— Puedes relajarte. Soy una simple curandera: no podría jamás ser hostil, menos contra una jovenzuela tan adorable como tú — Melodía de Brasas rio levemente en un intento de aligerar el ambiente y quitarle algo de tensión a la aprendiz -cuyo nombre desconocía, recordó - , pero quizás ese no había sido su decisión más inteligente - ¡se encontraba con una aprendiz que no conocía, y de un clan enemigo! Ah, a veces ni ella misma podía llegar a comprender cómo era tan confianzuda.
Cardeña
Icon :
Mensajes : 21
Estrellas : 1719
HP :
Género : Femenino
Rango : Aprendiz
Usuario
Cardeña sintió el corazón achicarse en cuanto escuchó el ronroneo divertido de la gata, preguntándose si dijo o hizo algo demasiado tonto. Sin embargo, los ojos de la joven aprendiz se iluminaron con un tenue pero delatador destello y sintió cómo la emoción recorrió a violentas e inquietas sacudidas todo el interior de su cuerpo en cuanto escuchó la respuesta de la gata, el corazón brincándole de vuelta. Hasta tan solo un par de minutos atrás, la única gata curandera que conocía era Pluma de Miel.
—¡Una curandera! ¡Lo sabía!— no pudo evitar maullar ruidosamente, fácilmente audible por cualquier gato que estuviera alrededor. —¡Genial!— ronroneó con una extasiada combinación entre alivio y admiración.
—¿Viniste en busca de hierbas?— preguntó ladeando la cabeza con curiosidad, de repente pareciendo una gata bastante extrovertida y habladora... además de ingenua e imprudente. Entonces, sintió la vergüenza recorrer sus orejas en forma de calor, recordándole que ni siquiera se presentó. —A-ay, disculpa, qué modales... Me llamo Cardeña. Yo soy una aprendiz.— suavizó de repente la voz, y agachó la cabeza en un saludo cordial y amistoso.
—¡Una curandera! ¡Lo sabía!— no pudo evitar maullar ruidosamente, fácilmente audible por cualquier gato que estuviera alrededor. —¡Genial!— ronroneó con una extasiada combinación entre alivio y admiración.
—¿Viniste en busca de hierbas?— preguntó ladeando la cabeza con curiosidad, de repente pareciendo una gata bastante extrovertida y habladora... además de ingenua e imprudente. Entonces, sintió la vergüenza recorrer sus orejas en forma de calor, recordándole que ni siquiera se presentó. —A-ay, disculpa, qué modales... Me llamo Cardeña. Yo soy una aprendiz.— suavizó de repente la voz, y agachó la cabeza en un saludo cordial y amistoso.
All around is stone, all is soft inside...