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Ambientación
Estación de la Hoja Caída ⸺ 19°C a 10°C
Los colores del paisaje comienzan a volverse anaranjados y marrones, y las hojas de los árboles comienzan a desprenderse de las ramas, cayendo sobre los territorios del bosque. Los guerreros se ponen más malhumorados de lo normal cuando sienten las frías brisas recorrer sus espinas, con la premisa de una estación más dura que la anterior. Incluso los Cuatro Árboles, que usualmente imponen respeto, ahora lentamente dejan caer sus hojas ante la mirada del Clan Estelar, quien está seguro que esta estación será dura para sus clanes, pero nada fuera de lo normal.Se abren las inscripciones a los Altos Cargos
El Otoño ha llegado
¡Apertura! Sean bienvenidos
No hay nada nuevo por aquí
Estrella de Serpiente
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Ante la imponente brisa de la Estación de la Hoja Caída las copas de los árboles se tornaban de tonos anaranjados y los caminos secos que rara vez eran usados por el Clan se volvían más difíciles de usar sin hacer un escándalo mayor. Por suerte, a lo que conocía Estrella de Serpiente, no hacía falta ocultar su posición en un lugar tan adentrado como en el que estaba, era una más de sus usuales rutinas a solas para recorrer las partes que muchos guerreros preferirían evitar revisar durante sus patrullas y que ni siquiera se molestarán en olfatear para la caza a menos que sea absolutamente necesario.
Sorprendentemente las presas abundaban tanto en el río como por los lugares más secos, al contrario de la Estación de la Hoja Verde, finalmente habían conseguido recuperar su fuerza y volumen aún si los vientos fríos amenazaban con una temporada más dura próximamente, era un recordatorio de que el Clan Estelar siempre los estará cuidando a pesar de las adversidades que se encuentren y el líder del Clan del Río no podía estar más agradecido de la compasión de sus ancestros por bendecirlos una vez más con alimento suficiente.
Sin embargo, el macho tricolor tenía cosas más importantes en mente, su paso relajado era totalmente contradecido por la emoción que ardía en sus orejas y hacían sus ojos brillar de orgullo, en estos tiempos donde el clima podría jugarles en contra y con los problemas interminables que han sufrido, no podía quitarse de la cabeza el enorme progreso que ha dado Zarpa de Ortiga en estas lunas. Debía admitir que estaba preocupado de haber cometido nuevamente un error grave para su hija después del fracaso rotundo que demostró ser Hoja Soleada para mentorear a la menor, cegado por sus atributos de confianza, agilidad y astucia había terminado por olvidar las demás características de la guerrera, especialmente aquellas que resultaban negativas; la decepción de sí mismo era algo que lo frustraría desde que tuvo que forzarse a hacer una ceremonia inusual con tal de que Zarpa de Ortiga se formara como una mejor guerrera de lo que demostraba ser su anterior mentora, aún incierto sobre su elección en Rabo de Salmón, tenía esperanzas de que asignarla con una gata más experimentada y respetuosa de las buenas costumbres del Clan fuese un buen camino a tomar… Y lo fue, según el progreso que había estado observando en la joven gata de pelaje oscuro y los reportes que hacía Rabo de Salmón sobre su entrenamiento podía sentir un gran alivio de haber dejado pasar un poco más de tiempo para que su aprendizaje fuera totalmente exitoso. Ahora debía completar un paso más importante y de tan sólo pensarlo su pelaje se erizaba de la emoción: llevar a cabo la ceremonia que la convertirá en una guerrera de pleno derecho en el Clan del Río, y no era la única ceremonia a la que debía dar paso, aún si era la única que tenía buenas razones para ser atrasada, el caso de Pequeña Bosque es uno que preocupa la mente del líder, la cachorra ha estado desapareciendo de la vista de todos tan pronto como cumplió sus 6 lunas y las raras veces que podían encontrarla en la maternidad las reinas eran como la mordida de una garrapata insistiendo que podía quedarse unos días más. Hasta que días se hicieron lunas y el entrenamiento de aquella gata anaranjada estaba convirtiéndose en un peligro que no estaba dispuesto a tomar, mientras más tardase en empezar con sus obligaciones como aprendiz más complicado sería enseñarle y mientras el frío amenazara con tiempos difíciles, no era el momento para darse ese tipo de lujos, tendrían que nombrarla aprendiz aunque eso haga del proceso de ceremonia un pez difícil de atrapar.
Su caminata lo llevaba de vuelta al campamento después de que consiguiera tranquilizar tanto angustias como ánimos que le causaba tal ocasión, la brisa fresca combinada con los rayos de Sol característicos del medio día daban paso a lo que esperaba fuese una ceremonia perfecta al menos para Zarpa de Ortiga, su trote intentaba no apresurarse sobre sí mismo mientras cojeaba de regreso casi pasando por algo el esfuerzo que le tomaba.
Una vez dentro del campamento, tomó una bocanada de aire profunda, inflando su pecho de euforia ante el pensamiento de su pequeña completando su entrenamiento a pesar de las adversidades; la patrulla del mediodía ya estaba de regreso como era de esperar, uno de los guerreros listo para darle el debido reporte que prontamente se vió pospuesto con un gesto de cola, Estrella de Serpiente se adentró a su guarida sin una palabra más, igual de entusiasmado que un cachorro saliendo de la maternidad por primera vez, buscando rigurosamente en su lecho de musgo un gesto especial antes de dar inicio a la ceremonia, sus patas movían el musgo cuidadosamente para no romper ninguno de los accesorios que la adornaban, haciendo un característico ruido difícil de ignorar mientras las conchas del río y piedras que conformaban la dichosa colección chocaban unas con otras, finalmente encontró lo que buscaba y con cuidado la separó de las demás decoraciones: una concha de río blanquecina. Para él no era cualquier concha que podría encontrarse a la orilla del río un centenar de veces, era justamente una que había recogido la misma noche después de haber acogido a Zarpa de Ortiga en el Clan, cuando apenas era una cachorra que fácilmente podía escabullirse entre el pelaje esponjado del líder; planeaba dársela a la futura guerrera para que tuviera algo con qué hacer destacar su nuevo lecho en la guarida de los guerreros, así con un agarre gentil entre sus fauces se encaminó a la Roca Alta para empezar con aquello que tanto había esperado.
Una vez lo suficientemente cerca, saltó de una forma torpe como era de costumbre, aferrándose a la roca con sus zarpas delanteras para impulsar al resto de su cuerpo y dar al lugar en el que tenía que estar, una vez hecho eso, soltó suavemente el pequeño adorno entre sus patas, acomodándose a una posición más cómoda y observar el claro antes de continuar. Algunos guerreros ya lo estaban viendo, expectantes al llamado, otros seguían con sus labores y unos pocos compartían lenguas disfrutando de una buena presa, con un suspiro animado, finalmente encontró las palabras para iniciar, su voz delatando el tono eufórico que rodeaba sus pensamientos.
–¡Que todos los gatos lo suficientemente mayores para nadar se reúnan aquí, bajo la Roca del Líder, para una reunión de Clan!.–
Sorprendentemente las presas abundaban tanto en el río como por los lugares más secos, al contrario de la Estación de la Hoja Verde, finalmente habían conseguido recuperar su fuerza y volumen aún si los vientos fríos amenazaban con una temporada más dura próximamente, era un recordatorio de que el Clan Estelar siempre los estará cuidando a pesar de las adversidades que se encuentren y el líder del Clan del Río no podía estar más agradecido de la compasión de sus ancestros por bendecirlos una vez más con alimento suficiente.
Sin embargo, el macho tricolor tenía cosas más importantes en mente, su paso relajado era totalmente contradecido por la emoción que ardía en sus orejas y hacían sus ojos brillar de orgullo, en estos tiempos donde el clima podría jugarles en contra y con los problemas interminables que han sufrido, no podía quitarse de la cabeza el enorme progreso que ha dado Zarpa de Ortiga en estas lunas. Debía admitir que estaba preocupado de haber cometido nuevamente un error grave para su hija después del fracaso rotundo que demostró ser Hoja Soleada para mentorear a la menor, cegado por sus atributos de confianza, agilidad y astucia había terminado por olvidar las demás características de la guerrera, especialmente aquellas que resultaban negativas; la decepción de sí mismo era algo que lo frustraría desde que tuvo que forzarse a hacer una ceremonia inusual con tal de que Zarpa de Ortiga se formara como una mejor guerrera de lo que demostraba ser su anterior mentora, aún incierto sobre su elección en Rabo de Salmón, tenía esperanzas de que asignarla con una gata más experimentada y respetuosa de las buenas costumbres del Clan fuese un buen camino a tomar… Y lo fue, según el progreso que había estado observando en la joven gata de pelaje oscuro y los reportes que hacía Rabo de Salmón sobre su entrenamiento podía sentir un gran alivio de haber dejado pasar un poco más de tiempo para que su aprendizaje fuera totalmente exitoso. Ahora debía completar un paso más importante y de tan sólo pensarlo su pelaje se erizaba de la emoción: llevar a cabo la ceremonia que la convertirá en una guerrera de pleno derecho en el Clan del Río, y no era la única ceremonia a la que debía dar paso, aún si era la única que tenía buenas razones para ser atrasada, el caso de Pequeña Bosque es uno que preocupa la mente del líder, la cachorra ha estado desapareciendo de la vista de todos tan pronto como cumplió sus 6 lunas y las raras veces que podían encontrarla en la maternidad las reinas eran como la mordida de una garrapata insistiendo que podía quedarse unos días más. Hasta que días se hicieron lunas y el entrenamiento de aquella gata anaranjada estaba convirtiéndose en un peligro que no estaba dispuesto a tomar, mientras más tardase en empezar con sus obligaciones como aprendiz más complicado sería enseñarle y mientras el frío amenazara con tiempos difíciles, no era el momento para darse ese tipo de lujos, tendrían que nombrarla aprendiz aunque eso haga del proceso de ceremonia un pez difícil de atrapar.
Su caminata lo llevaba de vuelta al campamento después de que consiguiera tranquilizar tanto angustias como ánimos que le causaba tal ocasión, la brisa fresca combinada con los rayos de Sol característicos del medio día daban paso a lo que esperaba fuese una ceremonia perfecta al menos para Zarpa de Ortiga, su trote intentaba no apresurarse sobre sí mismo mientras cojeaba de regreso casi pasando por algo el esfuerzo que le tomaba.
Una vez dentro del campamento, tomó una bocanada de aire profunda, inflando su pecho de euforia ante el pensamiento de su pequeña completando su entrenamiento a pesar de las adversidades; la patrulla del mediodía ya estaba de regreso como era de esperar, uno de los guerreros listo para darle el debido reporte que prontamente se vió pospuesto con un gesto de cola, Estrella de Serpiente se adentró a su guarida sin una palabra más, igual de entusiasmado que un cachorro saliendo de la maternidad por primera vez, buscando rigurosamente en su lecho de musgo un gesto especial antes de dar inicio a la ceremonia, sus patas movían el musgo cuidadosamente para no romper ninguno de los accesorios que la adornaban, haciendo un característico ruido difícil de ignorar mientras las conchas del río y piedras que conformaban la dichosa colección chocaban unas con otras, finalmente encontró lo que buscaba y con cuidado la separó de las demás decoraciones: una concha de río blanquecina. Para él no era cualquier concha que podría encontrarse a la orilla del río un centenar de veces, era justamente una que había recogido la misma noche después de haber acogido a Zarpa de Ortiga en el Clan, cuando apenas era una cachorra que fácilmente podía escabullirse entre el pelaje esponjado del líder; planeaba dársela a la futura guerrera para que tuviera algo con qué hacer destacar su nuevo lecho en la guarida de los guerreros, así con un agarre gentil entre sus fauces se encaminó a la Roca Alta para empezar con aquello que tanto había esperado.
Una vez lo suficientemente cerca, saltó de una forma torpe como era de costumbre, aferrándose a la roca con sus zarpas delanteras para impulsar al resto de su cuerpo y dar al lugar en el que tenía que estar, una vez hecho eso, soltó suavemente el pequeño adorno entre sus patas, acomodándose a una posición más cómoda y observar el claro antes de continuar. Algunos guerreros ya lo estaban viendo, expectantes al llamado, otros seguían con sus labores y unos pocos compartían lenguas disfrutando de una buena presa, con un suspiro animado, finalmente encontró las palabras para iniciar, su voz delatando el tono eufórico que rodeaba sus pensamientos.
–¡Que todos los gatos lo suficientemente mayores para nadar se reúnan aquí, bajo la Roca del Líder, para una reunión de Clan!.–
Zarpa de Ortiga
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Narrador
Zarpa de Ortiga sentía unos grandes nervios recorrerle desde la punta de la cola hasta cada bigote. Hoy era un día sumamente especial, y ella lo sabía: finalmente sería una guerrera del Clan del Río, algo para lo que se había esforzado desde pequeña. No olvidaría por nada del mundo las lunas que pasó tratando de desmentir ser una ''patas secas'', aprendiendo prematuramente las técnicas de nado con las que otros de su mismo Clan ya contaban desde pequeños. Estirándose para salir de su lecho, se dispuso a tomar algo de aire matutino mientras obervaba el campamento.
Aquella vista era algo con lo que ya se había familiarizado desde que la alojaron cuando tenía tan sólo tres lunas, gracias al amable líder. Un ronroneo surgió de su garganta levemente acompañado de una sonrisa al pensar en el gato tricolor, a quien le debía su vida, aunque sabía que esa noción no era una con la que él necesariamente acordaba, simplemente hacía lo que su corazón dictase con bondad. Ya más despierta, Zarpa de Ortiga oyó el característico llamado ceremonial, señal de que debía presentarse al punto de reunión, y sintió un nudo de emoción en el pecho. Por un momento, no pudo evitar pensar en ese gato que había conocido en la frontera, ''Ahora no solo pareceré una guerrera, sino que seré una'' pensó, sus garras desenvainándose de la emoción un momento. Ya no era la misma cachorra de antes, mientras continuaba dirigiéndose a la reunión en el centro del campamento.
Aquella vista era algo con lo que ya se había familiarizado desde que la alojaron cuando tenía tan sólo tres lunas, gracias al amable líder. Un ronroneo surgió de su garganta levemente acompañado de una sonrisa al pensar en el gato tricolor, a quien le debía su vida, aunque sabía que esa noción no era una con la que él necesariamente acordaba, simplemente hacía lo que su corazón dictase con bondad. Ya más despierta, Zarpa de Ortiga oyó el característico llamado ceremonial, señal de que debía presentarse al punto de reunión, y sintió un nudo de emoción en el pecho. Por un momento, no pudo evitar pensar en ese gato que había conocido en la frontera, ''Ahora no solo pareceré una guerrera, sino que seré una'' pensó, sus garras desenvainándose de la emoción un momento. Ya no era la misma cachorra de antes, mientras continuaba dirigiéndose a la reunión en el centro del campamento.
Zarpa de Bosque
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Las orejas de Pequeña Bosque ya estaban al tanto de su entorno, lista para correr a esconderse en cuanto escuchara pasos acercándose a la maternidad.
Eso ya le había funcionado en más de una ocasión, además tenía a las reinas dispuestas a protegerla de cualquier gato que se atreviera a tocarle un solo pelo anaranjado de su pequeño y peludo cuerpo ¿Cuántas lunas tenía de todos modos? ¿Siete? ¿Cinco? Eso no era algo de interés para ella, nunca se molesto en contar su edad.
Y ahí estaba, esos característicos pasos que conocía bastante bien, ya estaba lista para irse a ocultar, levantándose de su lecho como si su vida dependiera de ello cuando la voz de Nube de Granizo, su padre, resonó dentro de la maternidad, claramente estaba llamándola.
Esperaba a cualquiera menos a él, quizá a Estrella de Serpiente, que era más complaciente, pero no a él, la “cachorra” se agazapo en el suelo mirando en dirección al gato blanco de parches naranjas, sus orejas se pegaron a su cráneo, estaba lista para salir corriendo en cualquier dirección necesaria para escapar de un destino que le resultaba cual más aterrador.
La entrada estaba bloqueada, no tenía salvación.
En un intento rápido, trato de cruzar por debajo de su padre, era obvio que no iba a funcionar pero en su mente ella creía que SI iba a funcionar, esto solo sirvió para que su padre la tomara del pellejo del cuello y empezará a arrastrarla fuera de la maternidad. Pequeña Bosque miro a las reinas en busca de ayuda, pero esta vez se considero que ella ya estaba lista para su cruel destino.
Traidoras.
Una vez en el claro del campamento, Nube de Granizo la soltó, pero logro poner su pata en la cola de su hija, haciendo que esta terminara con la cara en el suelo y las patas estiradas luego de un absurdo intento de escape.
Un ultimo llamado de su padre hizo falta para que ella empezara a levantarse de su lugar y sentarse con sus orejas pegadas al cráneo, Nube de Granizo tenia aún la pata en la cola de su hija, aunque ya no era tan necesario, la presión social que Pequeña Bosque estaba sintiendo al posiblemente tener las miradas de más de uno encima eran suficientes para retenerla en aquel lugar.
Eso ya le había funcionado en más de una ocasión, además tenía a las reinas dispuestas a protegerla de cualquier gato que se atreviera a tocarle un solo pelo anaranjado de su pequeño y peludo cuerpo ¿Cuántas lunas tenía de todos modos? ¿Siete? ¿Cinco? Eso no era algo de interés para ella, nunca se molesto en contar su edad.
Y ahí estaba, esos característicos pasos que conocía bastante bien, ya estaba lista para irse a ocultar, levantándose de su lecho como si su vida dependiera de ello cuando la voz de Nube de Granizo, su padre, resonó dentro de la maternidad, claramente estaba llamándola.
Esperaba a cualquiera menos a él, quizá a Estrella de Serpiente, que era más complaciente, pero no a él, la “cachorra” se agazapo en el suelo mirando en dirección al gato blanco de parches naranjas, sus orejas se pegaron a su cráneo, estaba lista para salir corriendo en cualquier dirección necesaria para escapar de un destino que le resultaba cual más aterrador.
La entrada estaba bloqueada, no tenía salvación.
En un intento rápido, trato de cruzar por debajo de su padre, era obvio que no iba a funcionar pero en su mente ella creía que SI iba a funcionar, esto solo sirvió para que su padre la tomara del pellejo del cuello y empezará a arrastrarla fuera de la maternidad. Pequeña Bosque miro a las reinas en busca de ayuda, pero esta vez se considero que ella ya estaba lista para su cruel destino.
Traidoras.
Una vez en el claro del campamento, Nube de Granizo la soltó, pero logro poner su pata en la cola de su hija, haciendo que esta terminara con la cara en el suelo y las patas estiradas luego de un absurdo intento de escape.
Un ultimo llamado de su padre hizo falta para que ella empezara a levantarse de su lugar y sentarse con sus orejas pegadas al cráneo, Nube de Granizo tenia aún la pata en la cola de su hija, aunque ya no era tan necesario, la presión social que Pequeña Bosque estaba sintiendo al posiblemente tener las miradas de más de uno encima eran suficientes para retenerla en aquel lugar.
What AREyou?
Estrella de Serpiente
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Una vez que todos los gatos, o una notable mayoría, se encontraran reunidos, sintió una pizca de conmoción, no había algo más en sus tareas como líder que le resultara tan noble como llevar a cabo las ceremonias del futuro del Clan, ver cómo cada cachorro se convierte en aprendiz y cada aprendiz pasa a ser guerrero es algo que siempre lo llenará de orgullo. Este día en particular era el que se sentía más gratificante, mayor a las cientos de veces que anteriormente había hecho este mismo llamado, bajo el Sol reluciente del medio día, cuando todo el Clan compartía un respiro momentáneo para compartir lenguas antes de seguir con sus actividades, había una luz característica en los ojos de Estrella de Serpiente, destello que pronto encontraría las palabras para seguir hablando.
–Gatos del Clan del Río, hoy es un día especial, uno del que estaré orgulloso por el resto de mis vidas. Zarpa de Ortiga ha concluído su aprendizaje y está lista para ser una guerrera formidable, a pesar de los obstáculos que se han presentado, demostró ser capaz de manejarlos con destreza. Rabo de Salmón ha hecho un gran esfuerzo para entrenarla y enseñarle las buenas costumbres de un auténtico gato del Clan del Río.– Comenzó su discurso, algo que normalmente no haría, pero ¡Qué más da! Consideraba a Zarpa de Ortiga como de su propia sangre, claro que iba a hacer una excepción y dedicar unas cuántas palabras.
El resto del Clan permanecía en silencio apenas irrumpido por débiles cuchicheos o gatos que recién acudían al llamado buscando un lugar dónde sentarse, sus miradas ahora se posaban en la joven guerrera que pronto recibiría su nuevo nombre. El gato tricolor falló en contener la emoción, pronunciando con gran cariño el comienzo de la ceremonia.
–Yo, Estrella de Serpiente, solicito a mis antepasados que vean a esta aprendiz. Ha trabajado duro para entender nuestro noble código y se las encomiendo a mi vez como guerrera.– Tomó una breve pausa pensando sus palabras, sonriendo de oreja a oreja. –Zarpa de Ortiga, acércate un poco más.–
La voz de Estrella de Serpiente dejó de retumbar por un momento, un tono suave reemplazó rápidamente sus palabras en cuanto dirigió la palabra a Zarpa de Ortiga y un ronroneo fue el acompañante de su sonrisa, esperando pacientemente a que la próxima guerrera dejara de esconderse entre la multitud.
–Gatos del Clan del Río, hoy es un día especial, uno del que estaré orgulloso por el resto de mis vidas. Zarpa de Ortiga ha concluído su aprendizaje y está lista para ser una guerrera formidable, a pesar de los obstáculos que se han presentado, demostró ser capaz de manejarlos con destreza. Rabo de Salmón ha hecho un gran esfuerzo para entrenarla y enseñarle las buenas costumbres de un auténtico gato del Clan del Río.– Comenzó su discurso, algo que normalmente no haría, pero ¡Qué más da! Consideraba a Zarpa de Ortiga como de su propia sangre, claro que iba a hacer una excepción y dedicar unas cuántas palabras.
El resto del Clan permanecía en silencio apenas irrumpido por débiles cuchicheos o gatos que recién acudían al llamado buscando un lugar dónde sentarse, sus miradas ahora se posaban en la joven guerrera que pronto recibiría su nuevo nombre. El gato tricolor falló en contener la emoción, pronunciando con gran cariño el comienzo de la ceremonia.
–Yo, Estrella de Serpiente, solicito a mis antepasados que vean a esta aprendiz. Ha trabajado duro para entender nuestro noble código y se las encomiendo a mi vez como guerrera.– Tomó una breve pausa pensando sus palabras, sonriendo de oreja a oreja. –Zarpa de Ortiga, acércate un poco más.–
La voz de Estrella de Serpiente dejó de retumbar por un momento, un tono suave reemplazó rápidamente sus palabras en cuanto dirigió la palabra a Zarpa de Ortiga y un ronroneo fue el acompañante de su sonrisa, esperando pacientemente a que la próxima guerrera dejara de esconderse entre la multitud.
Zarpa de Ortiga
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Conforme otros gatos comenzaban a acercarse y la voz de Estrella de Serpiente retumbaba en sus oídos, comprendió la magnitud de la situación, quizá para mal ya que los nervios comenzaron a apesarla de más. Su corazón le latía fuerte en el pecho, y le temblaban las patas, sin embargo inhaló y exhaló tratando de recobrar un poco la calma. Oyó su nombre ser proclamado y supo que era su momento de ser el centro de atención. Enderezando lo más que pudiera su postura con la cabeza en alto, se acercó tal y como le indicaron, ahora en vista de todos por sobre la multitud. Estar cara a cara con el tricolor no le era para nada inusual, de hecho era común para ella. ''Tengo suerte de que así sea'' pensó a la par que esbozó una sonrisa tímida al notar los ojos azules del contrario centellear de orgullo.
Estaba feliz de que todos aquellos eventos tristes o desagradables que constituían su existencia habían culminado en algo tan positivo, no le importaba que se retrasara un par de lunas. Esperó con ansias las demás palabras que tuviera que decir el gato.
Estaba feliz de que todos aquellos eventos tristes o desagradables que constituían su existencia habían culminado en algo tan positivo, no le importaba que se retrasara un par de lunas. Esperó con ansias las demás palabras que tuviera que decir el gato.
Pantanoso
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El gran macho se acomodaba debajo de la pendiente del lider, debajo de Estrella de Serpiente. A pesar de lo que muchos podian pensar o lo que muchos podian desear, Pantanoso estaba comodo en su lugar, tenia sus responsabilidades y las aceptaba sin rechistar, eran su obligacion y su trabajo, y se podria decir que estaba "feliz" por ello, aunque no seria la palabra correcta. De hecho, solo estaba satisfecho que todo este llevandose bien, sin errores de ninguna parte.
Escuchaba el nombramiento de Zarpa de Ortiga en silencio, de su sobrina, quizas no sanguinea, pero para él lo era. Y estuvo todo su aprendizaje echandole un ojo inquisitor, o incluso ayudandola cuando lo necesitaba.
Observo a Zarpa de Ortiga enderesarse, y por un segundo sus miradas se cruzaron, por su parte Pantanoso solo pudo asentir en confianza, estaba lista y si él y su primo lo veian asi nadie debia cuestionarlo.
Por su parte no pudo evitar la absurda escena que Pequeña Bosque estaba haciendo frente a todos, no pudo evitar fulminar con su mirada asesina a la gata de lunas de aprendiza por lo infantil que estaba siendo. Su primo ya la habia vuelto aprendiza pero aun asi ella no iba a cambiar su personalidad de cachorra. Debia madurar y crecer, Estrella de Serpiente estaba siendo blando con ella. Porque si por él fuera, la obligaria a dormir en la guarida de aprendices, entrenar, cazar y patrullar o de lo mismo seria capaz de echarla del Clan aunque sus padres protesten.
Tenia que madurar y Pantanoso no tenia la paciencia para esperar. Y él no era un gato suave.
Si no hace algo para el Clan, no funciona, y si no funciona es una boca que él no iba a alimentar.
Escuchaba el nombramiento de Zarpa de Ortiga en silencio, de su sobrina, quizas no sanguinea, pero para él lo era. Y estuvo todo su aprendizaje echandole un ojo inquisitor, o incluso ayudandola cuando lo necesitaba.
Observo a Zarpa de Ortiga enderesarse, y por un segundo sus miradas se cruzaron, por su parte Pantanoso solo pudo asentir en confianza, estaba lista y si él y su primo lo veian asi nadie debia cuestionarlo.
Por su parte no pudo evitar la absurda escena que Pequeña Bosque estaba haciendo frente a todos, no pudo evitar fulminar con su mirada asesina a la gata de lunas de aprendiza por lo infantil que estaba siendo. Su primo ya la habia vuelto aprendiza pero aun asi ella no iba a cambiar su personalidad de cachorra. Debia madurar y crecer, Estrella de Serpiente estaba siendo blando con ella. Porque si por él fuera, la obligaria a dormir en la guarida de aprendices, entrenar, cazar y patrullar o de lo mismo seria capaz de echarla del Clan aunque sus padres protesten.
Tenia que madurar y Pantanoso no tenia la paciencia para esperar. Y él no era un gato suave.
Si no hace algo para el Clan, no funciona, y si no funciona es una boca que él no iba a alimentar.
Lluvia Escarchada
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Lluvia Escarchada apenas volvía de la patrulla del alba cuando escuchó el llamado de Estrella de Serpiente, se hacía una idea clara del por qué de la reunión, y movió la cola complacida mientras se le escapaba un ronroneo suave; Zarpa de Ortiga era una aprendiz muy querida en el Clan, había estado observando su progreso desde lejos, ya era hora de que se convirtiera en una guerrera de pleno derecho, y ella la recibiría con gusto, siempre era bueno tener alguien más con quién compartir las partidas de caza o charlar un poco mientras patrulla ban, aunque Lluvia Escarchada no era tan habladora ella misma. Dejando eso de lado se acercó a paso veloz a la Roca Alta, donde esperaba ya el líder y a sus pies algunos miembros del clan, forjó su camino hacia el frente, quería observar en primera fila la ceremonia. Intentando disimular su emoción, con su expresión estoica e inexpresiva de siempre, se sentó con su espesa y peluda cola enroscada alrededor de las patas, con ese porte elegante y hermoso que ella solía tener, aunque se notaba el fuego en sus ojos, ese brillo, esa pasión, que destacaban en la joven y leal guerrera.
Cuando aparecieron Nube de Granizo y su hija.... Pequeña bosque, no pudo evitar que se le saliera una pequeña sonrisa divertida, aunque la ocultó rápidamente, le causaba algo de ternura la pequeña bola de pelos naranja, aunque no pasaron segundos antes de que ese sentimiento se convirtiera en preocupación genuina, por el futuro de la joven y por el Clan del Río. Ya pronto llegaría la estación sin hojas, y pequeña Bosque tenía edad mucho más que suficiente para ser aprendiz, ya hacía un tiempo que debería haber empezado su entrenamiento, pero la pequeña no parecía entender eso, era más escurridiza que un pez, deberían cambiarle el nombre a pequeña pez.... Pensó para sí, suspirando, realmente le preocupaba, el desempeño que iba a tener Pequeña Bosque si seguía posponiendo su entrenamiento, en qué clase de guerrera se convertiría? Llegaría la estación sin hojas y la joven no tendría ningún conocimiento ni entrenamiento para ayudar al clan en tiempos tan difíciles, podría incluso ocurrirle algo malo si no estaba preparada, quien fuese a ser su mentora, tendría que ser muy estricto con ella, por su propio bien.
Cuando volvió la mirada a la Roca Alta, captó al lugarteniente, Pantanoso, al pie de esta, y claro, cómo no iba a estar presente en la ceremonia de su sobrina adoptiva. Pudo captar como este miraba a pequeña bosque, y comprender que no era la única a la que le preocupaba el caso. Por ahora se centraría en la ocasión tan especial de la ceremonia de nombramiento de Zarpa de Ortiga, eso era lo más importante, ya vería como se desenvolvía todo luego, en todo caso, siempre podría ir más tarde a reportarle sus preocupaciones a Estrella de Serpiente en privado. Volvió su vista al líder y luego hacía la joven gata Carey, se sentía orgullosa de haber nacido en tan grandioso Clan, y de los jóvenes guerreros que formaban parte de este, nuevas generaciones llenas de energías, sin duda, no pudo evitar pensar en Zarpa de Limoncillo o incluso Hoja Soleada, no siempre era tan buena esa energía juvenil, causaba mas problemas que bienes, pero bueno, era parte de ser un joven inexperto, ella lo comprendía, aunque nunca se pudo dar el lujo de actuar así, y por ello se consideraba a ella misma como una guerrera ya de muchas estaciones, aunque ella misma era bastante joven, al igual que el líder, el lugarteniente, y muchos de los guerreros del clan. El clan del río tenía en su mayoría, o miembros muy jóvenes o veteranos ya muy viejos, casi no habían intermedios, dado todo lo que había pasado hace no tantas estaciones atrás.
Lluvia Escarchada dejó que la ceremonia y la fría brisa de la mañana se llevarán sus pensamientos a otro lugar, centrándose en el ahora y lo que tenía delante, le causaba dicha y curiosidad, se preguntaba que nombre le daría Estrella de Serpiente a su adorada hija.
Cuando aparecieron Nube de Granizo y su hija.... Pequeña bosque, no pudo evitar que se le saliera una pequeña sonrisa divertida, aunque la ocultó rápidamente, le causaba algo de ternura la pequeña bola de pelos naranja, aunque no pasaron segundos antes de que ese sentimiento se convirtiera en preocupación genuina, por el futuro de la joven y por el Clan del Río. Ya pronto llegaría la estación sin hojas, y pequeña Bosque tenía edad mucho más que suficiente para ser aprendiz, ya hacía un tiempo que debería haber empezado su entrenamiento, pero la pequeña no parecía entender eso, era más escurridiza que un pez, deberían cambiarle el nombre a pequeña pez.... Pensó para sí, suspirando, realmente le preocupaba, el desempeño que iba a tener Pequeña Bosque si seguía posponiendo su entrenamiento, en qué clase de guerrera se convertiría? Llegaría la estación sin hojas y la joven no tendría ningún conocimiento ni entrenamiento para ayudar al clan en tiempos tan difíciles, podría incluso ocurrirle algo malo si no estaba preparada, quien fuese a ser su mentora, tendría que ser muy estricto con ella, por su propio bien.
Cuando volvió la mirada a la Roca Alta, captó al lugarteniente, Pantanoso, al pie de esta, y claro, cómo no iba a estar presente en la ceremonia de su sobrina adoptiva. Pudo captar como este miraba a pequeña bosque, y comprender que no era la única a la que le preocupaba el caso. Por ahora se centraría en la ocasión tan especial de la ceremonia de nombramiento de Zarpa de Ortiga, eso era lo más importante, ya vería como se desenvolvía todo luego, en todo caso, siempre podría ir más tarde a reportarle sus preocupaciones a Estrella de Serpiente en privado. Volvió su vista al líder y luego hacía la joven gata Carey, se sentía orgullosa de haber nacido en tan grandioso Clan, y de los jóvenes guerreros que formaban parte de este, nuevas generaciones llenas de energías, sin duda, no pudo evitar pensar en Zarpa de Limoncillo o incluso Hoja Soleada, no siempre era tan buena esa energía juvenil, causaba mas problemas que bienes, pero bueno, era parte de ser un joven inexperto, ella lo comprendía, aunque nunca se pudo dar el lujo de actuar así, y por ello se consideraba a ella misma como una guerrera ya de muchas estaciones, aunque ella misma era bastante joven, al igual que el líder, el lugarteniente, y muchos de los guerreros del clan. El clan del río tenía en su mayoría, o miembros muy jóvenes o veteranos ya muy viejos, casi no habían intermedios, dado todo lo que había pasado hace no tantas estaciones atrás.
Lluvia Escarchada dejó que la ceremonia y la fría brisa de la mañana se llevarán sus pensamientos a otro lugar, centrándose en el ahora y lo que tenía delante, le causaba dicha y curiosidad, se preguntaba que nombre le daría Estrella de Serpiente a su adorada hija.
Corazón de Aulaga
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La felina de tonos blancos se había reunido junto con el resto de sus compañeros de clan, las Estrella de Serpiente los había llamado a una reunión, al parecer iban a tener algunas ceremonias, vaya.
Corazón de Aulaga se sentó a esperar pacientemente a que la reunión pasará con normalidad, al menos lo más normal que podía ser, el pequeño drama entre Nube de Granizo y su hija le pareció bastante gracioso.
Las reacciones del clan estaban bastante divididas, de reojo logro ver a su lugarteniente, Pantanoso, fulminando con la mirada a la cachorra con edad de aprendiz, la felina pego las orejas al cráneo mientras veía a su lugarteniente.
¿Cuál era la necesidad de ser tan grosero con la chiquilla?
La guerrera movió la punta de su cola de un lado a otro mientras le sostenía la mirada a Pantanoso, claramente en señal de desagrado total ante la situación.
Corazón de Aulaga se sentó a esperar pacientemente a que la reunión pasará con normalidad, al menos lo más normal que podía ser, el pequeño drama entre Nube de Granizo y su hija le pareció bastante gracioso.
Las reacciones del clan estaban bastante divididas, de reojo logro ver a su lugarteniente, Pantanoso, fulminando con la mirada a la cachorra con edad de aprendiz, la felina pego las orejas al cráneo mientras veía a su lugarteniente.
¿Cuál era la necesidad de ser tan grosero con la chiquilla?
La guerrera movió la punta de su cola de un lado a otro mientras le sostenía la mirada a Pantanoso, claramente en señal de desagrado total ante la situación.
Estrella de Serpiente
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En cuanto Zarpa de Ortiga se acercó a la Roca Alta, el macho tricolor pudo notar su nerviosismo, claro la atención de todo el Clan era algo que sabía no era de perfecta comodidad para la gata, dedicándole un ronroneo suave una vez notando su sonrisa tímida, prosiguió con el nombramiento una vez más:
–Zarpa de Ortiga, ¿Prometes respetar el código guerrero y proteger y defender a este clan, incluso a costa de tu vida?.– Preguntó como dictaba la ceremonia.
La aprendiz asintió nerviosa, pronunciando un “Lo prometo” lo suficientemente fuerte para ser escuchada a pesar del tono nervioso de su voz.
–Entonces por los poderes del Clan Estelar te concedo tu nombre de guerrera. Zarpa de Ortiga, a partir de ahora serás conocido como… ¡Melena de Ortiga! .– Pronunció con determinación, el tono de su voz finalmente cedió al orgullo de su corazón, dando lugar al nuevo nombre por el cual su hija será conocida a partir de ese momento.
–El Clan Estelar se honra por tu determinación y tu indudable lealtad, virtudes igual de feroces como el nado de un salmón a contracorriente, y te la da bienvenida como guerrera de pleno derecho del Clan del Río.–
Una vez pronunciadas las palabras de ceremonia, Estrella de Serpiente se acercó a la joven guerrera posando cálidamente su hocico en su cabeza, no podía estar más orgulloso de haber criado a una gata que, en su opinión, es de las guerreras más fuertes tanto de espíritu como de físico que el Clan haya tenido en un largo tiempo. Finalmente, cuando su saludo fue correspondido, sacó de entre sus patas la concha de río que había estado guardando, agarrándola nuevamente de forma gentil entre sus fauces la dejó a las patas de la nueva guerrera.
–Y esto… Es un pequeño regalo, para que tengas algo con qué decorar tu lecho en la guarida de los guerreros.– Su tono instantáneamente suavizado parecía dar lugar a una charla privada entre ellos dos, no era parte de la ceremonia de nombramiento como tal pero quería compartir un par de palabras con la gata carey antes de su vigilia. –Esta pequeña concha es especial, la encontré cerca del río el mismo día que te traje al campamento… Espero sea símbolo del eterno cariño que te tendré, hija mía.– Ante el recuerdo de una Pequeña Ortiga sus ojos parecían brillar en una extraña felicidad agridulce, siempre fue un gato emocional y el lazo inquebrantable que había forjado con Melena de Ortiga sin duda era su mayor logro.
Pasaron unos segundos de silencio, un corto instante, antes de que su mente volviera al lugar en el que estaba, finalmente la había visto crecer como guerrera y todavía había una ceremonia más por hacer… Asintió con la cabeza con una sonrisa gentil antes de volver a su lugar y preparar las siguientes palabras que diría para la siguiente ceremonia mientras el Clan aclamaba el nombre de su nueva guerrera.
–Zarpa de Ortiga, ¿Prometes respetar el código guerrero y proteger y defender a este clan, incluso a costa de tu vida?.– Preguntó como dictaba la ceremonia.
La aprendiz asintió nerviosa, pronunciando un “Lo prometo” lo suficientemente fuerte para ser escuchada a pesar del tono nervioso de su voz.
–Entonces por los poderes del Clan Estelar te concedo tu nombre de guerrera. Zarpa de Ortiga, a partir de ahora serás conocido como… ¡Melena de Ortiga! .– Pronunció con determinación, el tono de su voz finalmente cedió al orgullo de su corazón, dando lugar al nuevo nombre por el cual su hija será conocida a partir de ese momento.
–El Clan Estelar se honra por tu determinación y tu indudable lealtad, virtudes igual de feroces como el nado de un salmón a contracorriente, y te la da bienvenida como guerrera de pleno derecho del Clan del Río.–
Una vez pronunciadas las palabras de ceremonia, Estrella de Serpiente se acercó a la joven guerrera posando cálidamente su hocico en su cabeza, no podía estar más orgulloso de haber criado a una gata que, en su opinión, es de las guerreras más fuertes tanto de espíritu como de físico que el Clan haya tenido en un largo tiempo. Finalmente, cuando su saludo fue correspondido, sacó de entre sus patas la concha de río que había estado guardando, agarrándola nuevamente de forma gentil entre sus fauces la dejó a las patas de la nueva guerrera.
–Y esto… Es un pequeño regalo, para que tengas algo con qué decorar tu lecho en la guarida de los guerreros.– Su tono instantáneamente suavizado parecía dar lugar a una charla privada entre ellos dos, no era parte de la ceremonia de nombramiento como tal pero quería compartir un par de palabras con la gata carey antes de su vigilia. –Esta pequeña concha es especial, la encontré cerca del río el mismo día que te traje al campamento… Espero sea símbolo del eterno cariño que te tendré, hija mía.– Ante el recuerdo de una Pequeña Ortiga sus ojos parecían brillar en una extraña felicidad agridulce, siempre fue un gato emocional y el lazo inquebrantable que había forjado con Melena de Ortiga sin duda era su mayor logro.
Pasaron unos segundos de silencio, un corto instante, antes de que su mente volviera al lugar en el que estaba, finalmente la había visto crecer como guerrera y todavía había una ceremonia más por hacer… Asintió con la cabeza con una sonrisa gentil antes de volver a su lugar y preparar las siguientes palabras que diría para la siguiente ceremonia mientras el Clan aclamaba el nombre de su nueva guerrera.
Zarpa de Ortiga
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Narrador
Melena de Ortiga sonrió con plenitud al finalmente poder sentirse completa, mientras tomaba la concha de río que Estrella de Serpiente le había regalado. Escuchando los gritos de sus compañeros que aclamaban su nuevo nombre, se sintió más en casa que nunca mientras miraba a su alrededor discretamente a sus caras de orgullo. Entonces, ya no importaba nunca haber encontrado a Arrayán, ni haber sido la hija de Amarillo como soñaba en los inicios. Todo lo que había buscado siempre estuvo ante sus narices, su propia red de apoyo..reconocimiento, y también, un papá.
---Me honra aceptar este obsequio- sonrió y al sentir el hocico de su líder sobre su frente, ronroneó con confidencialidad ---Gracias, papá.-
Al darse por terminado su nombramiento, simplemente se retiró para cederle el lugar a la próxima en ser nombrada: Pequeña Bosque había sido un tópico de preocupación puesto que se negaba a empezar su entrenamiento. Un tanto inusual, aún así no podía evitar sentir lástima por ella, la pobre definitivamente requería apoyo. Quizá era buena oportunidad para devolver lo que el Clan del Río le había dado a su edad, aunque sería mejor hacerlo una vez se disipara la multitud. Sacudió la cabeza volviendo al tiempo presente, Pantanoso parecía algo irritado pero aún así también le dirigió una sonrisa a su tío.
---Me honra aceptar este obsequio- sonrió y al sentir el hocico de su líder sobre su frente, ronroneó con confidencialidad ---Gracias, papá.-
Al darse por terminado su nombramiento, simplemente se retiró para cederle el lugar a la próxima en ser nombrada: Pequeña Bosque había sido un tópico de preocupación puesto que se negaba a empezar su entrenamiento. Un tanto inusual, aún así no podía evitar sentir lástima por ella, la pobre definitivamente requería apoyo. Quizá era buena oportunidad para devolver lo que el Clan del Río le había dado a su edad, aunque sería mejor hacerlo una vez se disipara la multitud. Sacudió la cabeza volviendo al tiempo presente, Pantanoso parecía algo irritado pero aún así también le dirigió una sonrisa a su tío.
Zarpa de Bosque
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Pequeña Bosque permaneció con las orejas pegadas al cráneo mientras su cuerpo presenciaba la ceremonia que estaba ocurriendo frente a ella, sin embargo su mente estaba en un y mil lugares, todo al mismo tiempo, podía sentir las miradas y los murmullos del resto de gatos de su clan, estaban hablando sobre ella, ella sabía que hablaban de ella, tenían que estar hablando de ella, seguramente eran cosas negativas…
La felina termino bajando la cabeza mientras la ceremonia se celebraba, el tiempo le paso volando por detrás de las orejas y cuando e vino a dar cuenta que todo había terminado al menos para la nueva guerrera fue porque precisamente aquella felina ya se estaba retirando, la anaranjada levanto la cabeza y las orejas mientras le veía irse, luego pego las orejas al cráneo y miro a su padre.
El asintió y Pequeña Bosque rápidamente negó, lo que hizo que Nube de Granizo frunciera el ceño y le diera un empujón “suave” en el omoplato para que ella saliera de su trance y se levantara de una buena vez, la anaranjada se levanto de su lugar pero seguía viendo a Nube de Granizo con la cola entre las patas y las orejas pegadas al cráneo como si estuviera esperando que él se retractara y la volviera a meter a la maternidad.
Luego miro a donde Estrella de Serpiente con las orejas abajo, como si estuviera suplicándole a cualquier cosa que le escuchara, al Clan Estelar o a lo que fuera, que la sacarán de ahí rápidamente.
La felina termino bajando la cabeza mientras la ceremonia se celebraba, el tiempo le paso volando por detrás de las orejas y cuando e vino a dar cuenta que todo había terminado al menos para la nueva guerrera fue porque precisamente aquella felina ya se estaba retirando, la anaranjada levanto la cabeza y las orejas mientras le veía irse, luego pego las orejas al cráneo y miro a su padre.
El asintió y Pequeña Bosque rápidamente negó, lo que hizo que Nube de Granizo frunciera el ceño y le diera un empujón “suave” en el omoplato para que ella saliera de su trance y se levantara de una buena vez, la anaranjada se levanto de su lugar pero seguía viendo a Nube de Granizo con la cola entre las patas y las orejas pegadas al cráneo como si estuviera esperando que él se retractara y la volviera a meter a la maternidad.
Luego miro a donde Estrella de Serpiente con las orejas abajo, como si estuviera suplicándole a cualquier cosa que le escuchara, al Clan Estelar o a lo que fuera, que la sacarán de ahí rápidamente.
What AREyou?
Estrella de Serpiente
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Nuevamente el líder aclaró su garganta, preparando en su mente las siguiente ceremonia que tenía que dar, una vez que Melena de Ortiga había tomado asiento entre la multitud y las numerosas voces dejarán de aclamar su nombre dándose cuenta de que la reunión del Clan aún estaba lejos de finalizar, Pequeña Bosque se veía bastante nerviosa, una bola de pelos anaranjada a los pies de su padre, era una gata que tenía al líder preocupado en cuanto a su entrenamiento tardío, y podía sentir la molestia de Pantanoso picarle en la piel, el lugarteniente siempre había sido un gato justo y estricto con las reglas de nombramiento y solamente podía asumir que estaría igual de preocupado que él en cuanto los obstáculos que le esperaban a la -no tan pequeña- aprendiz una vez comenzara con sus lecciones. Algo dentro de él admitía que fue una terrible idea ceder ante las numerosas peticiones de las reinas para que se quedara con ellas, quizá debió ser un poco más rudo, aún si las gatas lo tachaban de irrespetuoso.
–Ahora con Melena de Ortiga siendo guerrera, significa que el castigo de Zarpa Soleada ha concluído, nuevamente recuperará su nombre de guerrera: Hoja Soleada, y podrá regresar a la guarida de los guerreros. Espero que su comportamiento haya mejorado desde entonces. Esto significa que Lluvia Escarchada es nuevamente libre para tomar una auténtica aprendiz.– Anunció, habían pasado ya bastantes lunas desde el castigo de Hoja Soleada y ningún gato puede ser un cerebro de pescado para siempre, ¿Verdad?.
–Con eso, prosigo con la siguiente ceremonia, mientras una aprendiz se va de la guarida otra nueva será recibida en ella: Pequeña Bosque. Tus habilidades para escabullirte por tres lunas enteras son impresionantes, ahora que estás presente quisiera que usaras tus habilidades para el bien del Clan del Río.– Comenzó, adoraba hacer discursos emotivos antes de empezar con la verdadera ceremonia.
–Nos reunimos para nombrar a esta aprendiz, de hoy en adelante y hasta que se haya ganado su nombre de guerra, esta aprendiz se llamará ¡Zarpa del Bosque!. Lluvia Escarchada, tú sabes lo que significa el código guerrero y la vida de Clan, transmite todo lo que sabes y haz de esta aprendiz una guerrera de la cuál podríamos sentirnos orgullosos.– Alzó la mirada para ver a la guerrera previamente mencionada, sentía un poco de vergüenza propia asignarle una aprendiz justo cuando acababa de ayudar con el re-aprendizaje de una guerrera, aún así, era sólo justo que después de esa “prueba” Lluvia Escarchada tuviera una mentoría digna y se el asignara su propia aprendiz.
–Lluvia Escarchada, espero que tu destreza y fuerza en el agua se vean reflejadas durante el entrenamiento de Zarpa del Bosque.– Agachó la cabeza en una señal de respeto, esperando que mentora y aprendiz realizaran el siguiente paso de la ceremonia.
–Ahora con Melena de Ortiga siendo guerrera, significa que el castigo de Zarpa Soleada ha concluído, nuevamente recuperará su nombre de guerrera: Hoja Soleada, y podrá regresar a la guarida de los guerreros. Espero que su comportamiento haya mejorado desde entonces. Esto significa que Lluvia Escarchada es nuevamente libre para tomar una auténtica aprendiz.– Anunció, habían pasado ya bastantes lunas desde el castigo de Hoja Soleada y ningún gato puede ser un cerebro de pescado para siempre, ¿Verdad?.
–Con eso, prosigo con la siguiente ceremonia, mientras una aprendiz se va de la guarida otra nueva será recibida en ella: Pequeña Bosque. Tus habilidades para escabullirte por tres lunas enteras son impresionantes, ahora que estás presente quisiera que usaras tus habilidades para el bien del Clan del Río.– Comenzó, adoraba hacer discursos emotivos antes de empezar con la verdadera ceremonia.
–Nos reunimos para nombrar a esta aprendiz, de hoy en adelante y hasta que se haya ganado su nombre de guerra, esta aprendiz se llamará ¡Zarpa del Bosque!. Lluvia Escarchada, tú sabes lo que significa el código guerrero y la vida de Clan, transmite todo lo que sabes y haz de esta aprendiz una guerrera de la cuál podríamos sentirnos orgullosos.– Alzó la mirada para ver a la guerrera previamente mencionada, sentía un poco de vergüenza propia asignarle una aprendiz justo cuando acababa de ayudar con el re-aprendizaje de una guerrera, aún así, era sólo justo que después de esa “prueba” Lluvia Escarchada tuviera una mentoría digna y se el asignara su propia aprendiz.
–Lluvia Escarchada, espero que tu destreza y fuerza en el agua se vean reflejadas durante el entrenamiento de Zarpa del Bosque.– Agachó la cabeza en una señal de respeto, esperando que mentora y aprendiz realizaran el siguiente paso de la ceremonia.
Zarpa de Bosque
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Pequeña Bosque levanto levemente la mirada mientras escuchaba a Estrella de Serpiente hablando, este se estaba refiriendo a… ¿Hoja Soleada? ¿En qué momento la habían hecho aprendiza? La felina anaranjada levanto las orejas mientras veía a donde la contraria, pronto su poca capacidad de retener la atención en una sola cosa hizo que se volviera a fijar en la ceremonia, Estrella de Serpiente estaba hablando, hablando y hablando…
Eso era un… ¿Halago? La aprendiza medio entrecerró los ojos y bajo las orejas cuando el líder menciono su aparente capacidad de desaparecer entre una potencial multitud y ocultarse casi a simple vista.
Ahora ya no era Pequeña Bosque, ahora su nombre era Zarpa del Bosque, la ahora aprendiza bajo la cabeza mientras el resto de la ceremonia estaba a nada de concluir… Lluvia Escarchada… ¿Quién era Lluvia Escarchada? ¿Ya había interactuado con ella antes? Zarpa del Bosque miro a la felina platinada y movió su cola lentamente.
Ya no iba a poder regresar a la maternidad a dormir, papá seguramente no la dejaría y viendo como se puso hoy, seguramente esto no le haría nada de gracia y era mejor no tentar la poca suerte que le quedaba.
Qué problema.
Eso era un… ¿Halago? La aprendiza medio entrecerró los ojos y bajo las orejas cuando el líder menciono su aparente capacidad de desaparecer entre una potencial multitud y ocultarse casi a simple vista.
Ahora ya no era Pequeña Bosque, ahora su nombre era Zarpa del Bosque, la ahora aprendiza bajo la cabeza mientras el resto de la ceremonia estaba a nada de concluir… Lluvia Escarchada… ¿Quién era Lluvia Escarchada? ¿Ya había interactuado con ella antes? Zarpa del Bosque miro a la felina platinada y movió su cola lentamente.
Ya no iba a poder regresar a la maternidad a dormir, papá seguramente no la dejaría y viendo como se puso hoy, seguramente esto no le haría nada de gracia y era mejor no tentar la poca suerte que le quedaba.
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Lluvia Escarchada
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Lluvia Escarchada abrió los ojos con sorpresa al oír mencionar su nombre, de verdad no lo esperaba... Ella? Mentoreando a Pequeña... Zarpa del Bosque? No sé lo podía imaginar. Si bien en parte por fin tenía una aprendiz de verdad, no lograba tomárselo como una noticia tan grata... Estamos hablando de la aprendiz que llevaba ya varias lunas de posponer su entrenamiento a punta de escabullirse y esconderse detrás de las reinas.... Algo sin precedentes que nunca había pasado... Cómo podía Estrella de Serpiente confiar tanto en ella? En qué podría enseñar a una gata tan escurridiza? Cómo siquiera podría sacarla del campamento o entrenarla si la jovencita no tenía la disposición para hacerlo?
Luego de mirar a su líder por un rato, algo anonadada, se dió cuenta de que debía continuar con la ceremonia. Sacudió un poco la cabeza como para salir del trance y se acercó algo incómoda y nerviosa, con las orejas gachas hacia su nueva aprendiz, ya tendría tiempo luego para procesar lo que pasaba, pero no es como que se pudiera negar a la petición de Estrella de Serpiente, asi que la ceremonia debía continuar. Ahora debían tocar sus narices, aprendiza y mentora, se preguntaba si la pequeña bola de pelos naranja tendría el valor para hacerlo o saldría corriendo en cuanto la tuviera delante.
Al estar frente a ella su mirada se ablandó un poco al sentir el temor y nervios emanando de esta, ambas gatas se sentían igual de espantadas. Acercó su cabeza y la agachó a la altura de Zarpa del Bosque, mirándola a los ojos con comprensión y dulzura, y algo de miedo y preocupación, puesto que no le quería fallar a su clan como mentora, a partir de ahora sería muy importante todo lo que hiciera y debía conducirse con mucho cuidado, ya que los ojos de todos estarían sobre ellas dos, especialmente los de su líder y lugarteniente, los gatos a los que menos quería defraudar.
Hey... Todo estará bien, ven acércate... Debemos continuar con la ceremonia. Se dirigió a la aprendiz en un tono suave y calmado, intentando no azorarla más de lo que parecía.
Luego de mirar a su líder por un rato, algo anonadada, se dió cuenta de que debía continuar con la ceremonia. Sacudió un poco la cabeza como para salir del trance y se acercó algo incómoda y nerviosa, con las orejas gachas hacia su nueva aprendiz, ya tendría tiempo luego para procesar lo que pasaba, pero no es como que se pudiera negar a la petición de Estrella de Serpiente, asi que la ceremonia debía continuar. Ahora debían tocar sus narices, aprendiza y mentora, se preguntaba si la pequeña bola de pelos naranja tendría el valor para hacerlo o saldría corriendo en cuanto la tuviera delante.
Al estar frente a ella su mirada se ablandó un poco al sentir el temor y nervios emanando de esta, ambas gatas se sentían igual de espantadas. Acercó su cabeza y la agachó a la altura de Zarpa del Bosque, mirándola a los ojos con comprensión y dulzura, y algo de miedo y preocupación, puesto que no le quería fallar a su clan como mentora, a partir de ahora sería muy importante todo lo que hiciera y debía conducirse con mucho cuidado, ya que los ojos de todos estarían sobre ellas dos, especialmente los de su líder y lugarteniente, los gatos a los que menos quería defraudar.
Hey... Todo estará bien, ven acércate... Debemos continuar con la ceremonia. Se dirigió a la aprendiz en un tono suave y calmado, intentando no azorarla más de lo que parecía.
Zarpa de Bosque
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La ahora aprendiza medio levanto la mirada cuando su ahora mentora le estaba hablando.
Sus orejas se bajaron cuando Lluvia Escarchada le dijo que todo estaría bien, si claro.
Zarpa del Bosque se tomó su tiempo para que su cuerpo finalmente pudiera responder... ¿Debía hacer algo?... Ya había visto ceremonias antes... Muchas ceremonias en realidad, y todas de esas veces habían sido en la seguridad de la maternidad, y ahora para su mala suerte ella estaba siendo la que... Protagoniza a parcialmente aquel lugar... Ah, si.
Finalmente podía recordar algo de forma rápida, esto era un milagro traído directamente del Clan Estelar.
No era algo tan difícil en realidad, la felina tuvo que estirar más el cuello para tocar la nariz de su mentora con la suya y luego retrocedió un poco para luego bajar la cabeza y evitar hacer contacto visual con todos sus compañeros de Clan.
Esto ya era demasiado, especialmente para ella.
Sus orejas se bajaron cuando Lluvia Escarchada le dijo que todo estaría bien, si claro.
Zarpa del Bosque se tomó su tiempo para que su cuerpo finalmente pudiera responder... ¿Debía hacer algo?... Ya había visto ceremonias antes... Muchas ceremonias en realidad, y todas de esas veces habían sido en la seguridad de la maternidad, y ahora para su mala suerte ella estaba siendo la que... Protagoniza a parcialmente aquel lugar... Ah, si.
Finalmente podía recordar algo de forma rápida, esto era un milagro traído directamente del Clan Estelar.
No era algo tan difícil en realidad, la felina tuvo que estirar más el cuello para tocar la nariz de su mentora con la suya y luego retrocedió un poco para luego bajar la cabeza y evitar hacer contacto visual con todos sus compañeros de Clan.
Esto ya era demasiado, especialmente para ella.
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